Pese a esta situación, el Departamento de Sanidad del Ministerio de Salud Pública y los bomberos de Santo Domingo se niegan a recoger a la mujer que en su agonía da vueltas en lo que parece ser un fuerte dolor que le afecta,
El propietario de una peluquería ubicada en las proximidades y que no quiso identificarse, explica que llamó al servicio de emergencia 911 y de ahí se comunicaron con los bomberos para que la recogiera y la llevara a un hospital.
Sin embargo, al llegar estos alegaron que no podían levantarla porque no estaba herida de “bala ni había sido atropellada por un vehículo”, y que además estaba llena de heces fecales y ensuciaría la ambulancia.
Alegaron también los bomberos, que de llevarla a un hospital no la recibirían porque no había ningún familiar que se hiciera responsable y recomendó llamar a Salud Pública.
Ante esta respuesta, los vecinos decidieron llamar nuevamente al 911 y la joven que atiende las emergencias se comunicó con Sanidad de esa institución, pero allí contestaron que solo contaban con una ambulancia y que no podían destinarla para esos fines.
La joven le preguntó entonces, que si esta no era una emergencia, en cuáles situaciones usan la ambulancia, y la persona en sanidad le reiteró, “para emergencias”.
Mientras Salud Pública decide cuáles son, a su juicio, las verdaderas emergencias de salud en la República Dominicana, y los bomberos olvidan su juramento de salvaguardar vidas, esta mujer muere en la peor de las miserias que puede afectar a un ser humano.
