Es necesario que la sociedad civil tome ciertas medidas y acepte ciertos retos. A continuación se ofrecen algunas sugerencias para ese doble fin basadas en experiencias exitosas de otras latitudes, pero aplicables a nuestra realidad nacional:
*Las “acciones públicas” para que produzcan un impacto duradero deben formar parte de una estrategia cuidadosamente diseñada, con objetivos y pasos a dar bien escogidos.
*“La acción digital solo es impulso de cambio cuando baja al mundo real” (José Antonio Millán, columnista de El País, Madrid).
*El objetivo de la ciudadanía, en resumidas cuentas, debe ser: participar no solo cada cuatro años mediante el voto, sino continuamente a fin de ser bien gobernados. Esto se logrará mediante:
*Acciones de monitoreo social permanente.
*El cabildeo (lobbying).
*Las acciones de protesta pública masivas.
*La desobediencia civil pacífica (boicots…).
*Dos herramientas constitucionales: la Iniciativa (poder para proponer directamente nuevas leyes) y el Referendo (poder para repeler leyes que no sean convenientes).
*El uso de los medios de prensa tradicionales y del Internet y las “redes sociales”.
*Es necesario que los grupos juveniles contestatarios, integren no solo a la clase media sino a los estratos populares (campo y barrios urbanos), creando “una gran red por la verdadera democracia”.
*Dos retos que superar:
*No sucumbir a la tentación de la desesperanza. Recordar siempre que el desarrollo social y político, al igual que el económico, no un fenómeno “linear”, sino un largo proceso que experimenta altos y bajos y numerosos meandros a lo largo de su ruta.
*Aceptar que este proceso puede ser tan largo que nuestra generación no sea la que vea el día del triunfo y reciba el beneficio de nuestros esfuerzos. El secreto del éxito final está en la perseverancia.
