Tarjetas de Navidad 2015

Permítanme reproducir aquí unas notas, con las que introducía la cuarta edición de mi libro “Navidades nuestras”, auspiciada por el Centro Cultural del Grupo León Jiménez en Santiago en el año 2005. Cito:“Hace casi 40 años…

Permítanme reproducir aquí unas notas, con las que introducía la cuarta edición de mi libro “Navidades nuestras”, auspiciada por el Centro Cultural del Grupo León Jiménez en Santiago en el año 2005. Cito:

“Hace casi 40 años escribí este pensamiento y lo publiqué:

La Navidad es una tarjeta que viene de lejos. La que se escribe por cumplimiento se rompe y se tira al zafacón. La que se escribe por afecto se agradece y se guarda en el cofre del corazón todo el año”.

No pensé en ese momento que yo estaba guardando ya las tarjetas, no durante sólo un año, sino de todos los años.

Hoy tengo en mis manos una colección de más de 5,000 tarjetas de Navidad. Las he conservado, pues, por afecto a cada uno de los que me las enviaron y por gratitud a ellos.

Los expertos dicen que es una colección muy valiosa. Considero que el gran valor de la misma no se debe a mí, sino a los miles de amigos y amigas que me las enviaron. Gracias, pues, a ustedes, por haberme regalado esta colección.
Me atrevería a decir que esta colección empezó en las Navidades de 1965, cuando recibí la primera tarjeta de ese año, fechada el 12 de diciembre, desde Zürich, de parte de Mme. Emmy Walder, viuda de 60 años que me había adoptado como hijo espiritual. Aunque, a decir verdad, el grueso de la colección comienza en el año 1970. De los años 1965 al 1969 me quedan muy pocas. Las debí perder en alguna parte con tantas mudanzas que he tenido.

Creo que ese conjunto de tarjetas nos pueden ofrecer una hermosa historia de las tarjetas de Navidad, de su gráfica y de sus contenidos. Las hay hechas a mano, a imprenta, hasta las más actuales enviadas por correo electrónico. En ellas aparece una maravillosa variedad de motivos y símbolos para expresar el espíritu de Navidad.

Se destacan, indiscutiblemente, las tarjetas hechas a mano, por el gran valor que tiene su condición de piezas únicas, irrepetibles.

Otras cobran su valor por el contenido mismo del texto, por su emotividad: sus mensajes conmovedores resumen el aliento inspirador que reina en esta época del año. Muchas de esas postales llegan, incluso, a prescindir de la imagen y sus textos son la verdadera imagen. Ellas describen con precisión los sentimientos del pueblo, todo lo que siente, con la más increíble honestidad, como la de aquel preso, a quien visité, y me correspondió en Navidad, con una tarjeta, a rayas y con una pesada cadena.

La Navidad es universal: me han llegado tarjetas de los más diversos países y escritas en sus diferentes idiomas.

También la Navidad es muy criolla: en la colección hay tarjetas de los centros urbanos principales y de los más apartados rincones del país.

La Navidad tampoco tiene fronteras económicas, sociales o políticas: hay tarjetas enviadas por pobres y ricos, por amas de casa, profesionales, personalidades destacadas en la vida nacional o internacional, por dirigentes políticos o cívicos, familiares, vecinos, por amigos cercanos o lejanos.

Ciertamente, representan una gama grande de interlocutores y cada uno de ellos con su sello propio en el mensaje enviado.

Las tarjetas que he recibido muestran también una continuidad de la Navidad en el tiempo, como en las obras de los grandes pintores referentes a la Navidad, que se reproducen año tras año; o en las elaboradas sistemáticamente por Unicef; o en las que me envían fielmente instituciones religiosas o sacerdotes venerados como el P. Benito Taveras o formadores míos muy apreciados como Mons. Francisco José Arnaiz; o amigos del alma desde los años del Seminario, como el Card. López Rodríguez, de quien conservo tarjetas de sus días de sacerdote en La Vega, siendo obispo en San Francisco de Macorís, y ahora como arzobispo y Cardenal en Santo Domingo.

Para dar continuidad a esa práctica o tradición este 2015, que alcanza ya los 50 años (1965-2015), he aquí los textos de las diez primeras tarjetas que recibí. Debo decir que, como imagen, siete de esos textos vienen acompañados por la escena del nacimiento de Jesús. Es el motivo visual predominante.

Mons. Gregorio Nicanor Peña Rodríguez, obispo de Nuestra Señora de la Altagracia en Higüey, presidente de la Conferencia del Episcopado Dominicano.
“Hoy queridos hermanos, ha nacido nuestro Salvador. Alegrémonos. No es justo dar lugar a la tristeza cuando nace la vida, disipando el temor de la muerte y llenándonos de gozo con eternidad prometida. Nadie se crea excluido de tal regocijo, pues una misma es la causa de la común alegría. Nuestro Señor, destructor del pecado y de la muerte, como no ha encontrado a nadie libre de culpa, ha venido para liberarnos a todos. Exulte el santo, porque se acerca el premio; alégrese el pecador, porque se le invita al perdón; anímese el pagano, porque se le llama a la vida…” (San León Magno, Homilía I sobre la Natividad del Señor).

“Feliz Navidad y que el Nuevo Año nos traiga paz y prosperidad, viviendo en comunidad el amor misericordioso de Dios”.

Mons. Rafael Felipe Núñez, obispo emérito de Barahona.

“Mientras estaban allí (en Belén) le llegó a María el tiempo del parto y dio a luz a su hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no tenían sitio en la posada”.

“Desde Licey al Medio y con un corazón agradecido por mis 50 años de ministerio sacerdotal, deseo a usted y a los suyos la paz y alegría que Jesús nos trae en su nacimiento”. “Sabiduría y Fortaleza en el 2016”.

Laura Hernández Román, Directora Nacional de la Defensa Pública en República Dominicana.

“Eres luz de Navidad cuando iluminas con tu vida el camino de los demás con la bondad, la paciencia, alegría y la generosidad” (Papa Francisco).
“Gracias por todo el apoyo recibido a nuestra institución durante el año 2015. Seguiremos como Fray Antonio de Montesinos siendo la voz de los que no tienen voz”.

Mario y Dulce Rivadulla y familia, de Santo Domingo.
“Una muy feliz Navidad, bendecida por el Señor y un Nuevo Año pleno de luz y esperanza”.

Mons. Jesús María de Jesús Moya, Obispo Emérito de San Francisco de
Macorís.

“Navidad es la fiesta del corazón porque vuelve a nacer el amor. La Navidad no se vislumbra con los sentidos físicos sino con los sentidos del corazón que nos colman de un hermoso espíritu navideño para poder prepararnos a recibir al Niño Jesús que nacerá en cada uno de nuestros hogares”. ¡Feliz Navidad y próspero Año!

Pontificio Consejo de Pastoral para los Migrantes e Itinerantes, Roma.
“Maria diede alla luce il suo figlio primogénito, lo avvolse in fasce e lo pose in una mangiatoia, perché per loro non cera posto nell’alloggio” (Lc. 2.7).

“La rivelazione bíblica incoraggia l’aaccoglienza dello straniero, motivandola con la certeza che cosi facendo si aprono le porte a Dio e nel volto dell’altro si manifestano i tratti di Gesè Cristo”.

Mons. Víctor Emilio Masalle Pere, Obispo Auxiliar de Santo Domingo.
“Los dones recibidos por su misericordia sean también nuestra ofrenda al Redentor nacido en Belén”.
Televida
“Que nuestro pensamiento se dirija a María Madre de la Misericordia, para que en su mirada podamos redescubrir la alegría de la ternura de Dios”.

Mons. Antonio Camilo González, Obispo Emérito de La Vega.

“Desde la familia te invito a esta Navidad a encontrar en el Jubileo de la Misericordia, la alegría para descubrir y hacer más fecunda la felicidad y la paz en el Mundo.”

P. Francisco Jiménez, sacerdote, La Vega.
“El sacerdote es una especie de “Pesebre” que el Señor utiliza para hacer presente entre los hombres”.

Quiero dar gracias al Señor porque se ha valido de mis pequeñeces para mostrar su grandeza, de mis miserias para mostrar su misericordia, de mis fragilidades humanas para mostrar su fortaleza divina, de mis pecados para mostrar su gracia”.

Conclusión
CERTIFICO que, a mi vez, como es mi costumbre anual, también escribí mi tarjeta de Navidad, siendo el texto el siguiente:

“La Virgen de la Altagracia es la Virgen de la Navidad”. Narración de san Lucas, cuadro de la Altagracia: “Estando allí se cumplieron los días de su parto y dio a luz a su primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre” (Lucas 2, 6-7).

Virgen de la Nochebuena, la Virgen de la Altagracia; colgada a la pared de cada casa; colgada en el corazón de cada quisqueyano; colgada en cada comedor dominicano la noche de la Nochebuena.

Los pastores fueron a Belén, los dominicanos fueron al Santuario de Higüey. Y le dieron el tradicional beso al Niño Jesús en el tiempo de la Navidad y los dominicanos lo dieron al Niño Jesús del lienzo de la Altagracia.

Narración de san Mateo, cuadro de la Altagracia: “Los magos, después de haber oído al rey, se fueron, y la estrella que habían visto en Oriente les precedía, hasta que vino a pararse encima del lugar donde estaba el niño. Al ver la estrella sintieron grandísimo gozo, y llegando a casa, vieron al niño, con María su madre, y de rodillas le adoraron” (Mateo 2, 9-11). ¡FELIZ NAVIDAD!

DOY FE, en Santiago de los Caballeros, a los dieciséis (16) días del mes de diciembre del año del Señor dos mil quince (2015).

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