Santiago. La muerte de varios adolescentes en carreras clandestinas de motocicletas no atemoriza a quienes imitan esta acción que ha llevado luto a muchos hogares.Ya no solo son las calles de comunidades rurales, sino de las avenidas del casco urbano de municipios como Santiago, Bonao, Moca, La Vega, Puerto Plata, Salcedo y San Francisco Macorís. En centros de salud como el traumatológico profesor Juan Bosch y el hospital regional José María Cabral y Báez, son varios los heridos que llegan a diario, algunos sobreviven, otros quedan lesiones permanentes, mientras otros no resultan tan afortunados .En lo que va de año se han reportado al menos ocho muertes en estas carreras, dos en riña, luego de disputarse las corridas o arrollados por los motociclistas. “Aquí las carreras se hacen en las narices de las autoridades y a pesar del peligro nadie hace nada”, dijo Ramón Santos, residente en La Vega, al ser entrevistado por elCaribe.
Afecta el tránsito
En Bonao, las competencias son realizadas por adolescentes, tanto en motores como en passolas, situación que afecta el tránsito en las vías del municipio. Mientras en la avenida Circunvalación Norte de aquí, dos jóvenes fallecieron en la comunidad Las Palomas, en accidente durante una carrera. Las víctimas fueron identificadas como Melvin Genaro Santos Bautista de 24 años y Bienvenido Ramos Suárez de 20.
En circunstancias similares falleció un hombre solo identificado como Fernando, de 24 años, que se desplazaba por la carretera que conduce a la playa Juan de Bolaños, en Montecristi, en una supuesta competencia. En febrero de este año, una carrera en el municipio de Puñal en Santiago, terminó con la muerte a cuchilladas de uno de los participantes. Ruddy Manuel García, alegadamente se negó a honrar la apuesta que hizo con el victimario.
Levantar los motores también está de moda
Mientras en enero de este año, en Cabirmota en La Vega, fueron ultimados a tiros Vincenso Alexandro Carbonaro Ulloa, (Yúnior), de 22 años, y Winston Paulino Brito, (Mello), de 21, tras una apuesta en carrera de motocicletas. El mes pasado un joven murió en Tamboril mientras calibraba su motor en una competencia en la que se disputaban 300 pesos.
