Una narrativa clásica con un elenco de lujo y un buen tema son cartas para el éxito, si es que historia y trama se muestran en un lenguaje moderno acorde con nuevos valores estéticos innovadores. Es decir que, visto el resultado, de nada vale aglutinar todos esos elementos y que el resultado sea muy por debajo de las expectativas que se hicieron para crear un filme trascendental, para que en su lugar tengamos un melodrama de corte burgués (centrado en la historia individual de una mujer inmigrante) donde no hay límites u objetivos que identifiquen a un grupo de individuos, sino que presenta el propósito de un individuo por alcanzar su quimera a costa de lo que sea aunque se le vaya la vida; y como tal no son muy del gusto del cinéfilo que ya conocen otros tratamientos geniales como el de Chaplin o el de Scorcece o Coppola, quienes nos han presentado historias y tramas donde rivaliza esa narrativa burguesa de expiación y humillación moral individual con el entorno de mutación moral que vive una sociedad para adaptarse a códigos de coexistencia colectiva.
La historia quiso contar un drama emocional en un escenario de sobrevivencia, y ya sabemos que esos contextos de subsistencia son pragmáticos y obedecen a leyes seculares de convivencia. Por tanto, quizás, ahí estuvo el error al plantearse tramas que exigen del público respuestas emocionales cuando en su cultura solo se dan instintos de conservación imponderables; como resultado no genera complicidad entre filme y espectador. Pero el ímpetu del filme reside más en la cinematografía, la forma en que la cámara nos muestra a esos personajes en close-up y planos medios en polifonía con planos generales del contexto o trama, con encuadramientos y ángulos alejados de manierismos o clichés, con iluminación lateral que bien crean atmósfera, dándonos esa estética consuetudinaria puntualmente armónica con el devenir de la historia. El otro virtuosismo del filme es su encandilada trilla musical que resulta de una elegancia sin igual. Y, por supuesto, los valores de producción son enormes y apabullantes, pero, repetimos, eso no determina el éxito, sino la empatía que provoque el filme.
HHH Guión y Dirección: James Gray. Elenco protagónico: Marion Cotillard, Joaquin Phoenix, Jeremy Renner. Género: Drama.
Duración: 120 minutos.
