A pesar de estar acostumbrados a la cerámica, por ser esta categoría una de las más socorridas al momento de dar cabida a su proceso creativo, sí hemos tenido noticias de la pasión interna que mueve a este artista por explorar, estudiar y difundir la cultura de nuestros primeros padres: los aborígenes. De ahí, “Thimo Pimentel comentarios rituales”, una propuesta en la que, de sólo estar frente a cada pieza, sentimos como si nos adentráramos al universo creativo del artista que deviene cual alquimia de sus experiencias e investigaciones.
Los que conocemos a Thimo Pimentel, de una forma u otra nos vemos invadidos por su carácter multidisciplinario. Pues lo mismo hace cerámica que fotografía y, más recientemente, hemos podido conocer de su trabajo serigráfico, su incursión en la instalación y la elaboración de objetos que por su naturaleza podríamos considerarlos como artesanía, pero que por la singular forma de representación, muy usual en este ingenioso creador, nos vamos a atrever a denominar a sus collares, mesas, platos,.. como “objetos artísticos” que presentan un aire “mágico” y hasta “misterioso”, tal como comenta la curadora de la exhibición Arq. Guadalupe Casanovas.
Thimo Pimentel pasa a ser un ente cuyas obras devienen de un proceso de práctica constante. Es posible que con intención o sin ella, en cada pieza se registre la historia de una cultura en específico, “aspectos que rememoran las costumbres, mitos y creencias de los Taínos, los Caribes, Igneris, Ciguayos y Macorixes” tiempo antes de que la isla fuera objeto de un proceso de síntesis producto de la simbiosis del aborigen con el europeo y más tarde el africano.
Pero hay más, lograr ciertas reflexiones sobre la producción de Thimo, es entrar en contacto con el posible inicio de nuestra historia como isla y qué mejor que inaugurar la muestra a propósito de los 40 años de existencia del Museo del Hombre Dominicano, uno de los espacios con mayor cantidad de piezas pre-hispánicas relativas principalmente a los taínos, descendientes éstos de los arahuacos, quienes junto con otros poblaron buena parte de “Bohío”, mejor conocido en la historia como “La Española”.