Tiempos

Ideal sería que nuestras cosas siempre vayan bien, estar permanentemente recibiendo recompensas exteriores. Pero así como hay día y noche, la vida es un constante fluir de altas y bajas. Aceptar ese patrón en lugar de resistirnos a…

Ideal sería que nuestras cosas siempre vayan bien, estar permanentemente recibiendo recompensas exteriores. Pero así como hay día y noche, la vida es un constante fluir de altas y bajas.

Aceptar ese patrón en lugar de resistirnos a él, como pretendiendo que nuestro existir siempre debe ser un lecho de rosas, combate desesperanzas y sufrimientos. Los períodos de decadencia son complementarios de los de auge, hacia configurar nuestra condición humana.

Fastidiados por una o más situación incómoda, antes de conceptualizarlas como eventos que nos arruinan la vida, mirémoslas como oportunas salvadoras. Descansar, relajarnos en medio de contrariedades, crea la vía para escuchar el mensaje de Dios. Ansiosos o preocupados lo acallamos. l

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