Andrés L. Mateo habla por mí, por mi generación: “Oh, memoria, ¿por qué le abres al monstruo tu palacio? ¿Por qué Santana por Duarte, Lilís por Bonó, Trujillo por Américo Lugo, Balaguer por Juan Bosch? ¿Por qué me lo pregunto atravesando ese territorio brumoso y conmovedor del presente, como si todo hubiera regresado, como si la ominosa y ciega historia del personalismo estuviera ante nosotros, intacta, rediviva, mientras cruzo entre cartelones y consignas, rostros de candidatos y promesas, imaginándome que cada día que pasa es un invento que nace en el olvido?”
La tiranía del olvido
Andrés L. Mateo habla por mí, por mi generación: “Oh, memoria, ¿por qué le abres al monstruo tu palacio? ¿Por…