El pasado sábado, en Los Ángeles, se registró un acontecimiento sorpresivo tras Víctor Ortiz caer –en el noveno round- ante José Manuel López (Josesito López).
La pelea, que ocupó el turno principal del cartel organizado por la compañía Golden Boy Promotions, era la “antesala” de un combate, pautado para el 15 de septiembre en Las Vegas, en el que Ortiz enfrentaría al mexicano Saúl –El Canelo- Álvarez.
En la reyerta iba a estar en juego el cetro mediano junior versión Consejo Mundial de Boxeo en poder de El Canelo Álvarez.
Josesito López, un boxeador prácticamente desconocido, le rompió la quijada en el noveno asalto a Ortiz.
El entrenador de Ortiz decidió que el árbitro detuviera el pleito después del boxeador ser examinado por el médico quien hizo la recomendación.
Ortiz sangraba profusamente de la boca y no podía ni articular palabras.
Así que a Oscar de la Hoya, presidente de Golden Boy Promotions, ¡todo se le derrumbó!
Se le cayó la pelea entre Ortiz y El Canelo Álvarez. Así es el boxeo, “de cualquier yagua vieja sale tremendo alacrán”
Opinión autorizada
A propósito de lo que ocurrió el sábado en Los Ángeles, doy a conocer una opinión autorizada vertida por el profesor Roberto Quesada enviada a mi dirección electrónica:
Víctor Ortiz tenía una pelea pactada con Saúl Álvarez para el 15 de septiembre. La moraleja que deja el combate Ortiz vs Josesito López es que los llamados “tune up” en muchas ocasiones son engañosos y peligrosos.
El resultado del sábado lo demostró. No hay nada seguro en la vida, sólo la muerte.
Habrá que buscarle un nuevo rival a El Canelo Álvarez. Si fuera yo quien decidiera, escogiera uno entre Paul Malaggnanni, campeón de las 147 libras de la AMB, y Randall Bailey, también titular welter de la de la FIB.
Ahora, oremos por la pronta recuperación de Víctor Ortiz.
