Todo puede suceder

Las cabañuelas, esas lluvias ligeras que en los primeros doce días de enero permitían a los agricultores hacer sus “predicciones” del tiempo durante los doce meses del año, parece que llegaron a su fin. Culpa del cambio climático y con el mismo, del fenómeno de El Niño. Ayer se cerró el conteo y los informes sobre “aguas caídas” en las diferentes regiones sugieren que si nos llevamos de las cabañuelas tendremos un año seco. Las cabañuelas se toman según las características de cada región y su patrón climatológico. Lo que se ha visto en las zonas de alta pluviometría auguraría un panorama tétrico. Pero no teman. Los tiempos simplemente cambiaron. Ahora todo puede suceder.