Tormenta tropical Polo mantiene en alerta a Baja California

MEXICO (AP) — Aunque no se prevé que toque tierra, la tormenta tropical Polo mantiene en alerta el sur de la península de Baja California, una zona destrozada por Odile que trata de regresar a la normalidad seis días después del paso del huracán.

MEXICO (AP) — Aunque no se prevé que toque tierra, la tormenta tropical Polo mantiene en alerta el sur de la península de Baja California, una zona destrozada por Odile que trata de regresar a la normalidad seis días después del paso del huracán.

En Los Cabos, en el extremo sur de la península, la seguridad parece haberse recuperado tras jornadas marcadas por saqueos, pero muchas zonas seguían con problemas de electricidad y falta de agua y las autoridades temen nuevos daños con las lluvias que puede provocar Polo y que comenzaron a primera hora de la tarde.

Las autoridades confirmaron cuatro muertos a causa de Odile. Dos trabajadores coreanos fallecieron al ser arrastrado el vehículo en el que viajaban en Santa Rosalía; otro hombre murió por el mismo motivo en San José del Cabo, y el cadáver de una mujer, de nacionalidad británica, que viajaba en un velero, fue encontrado en la bahía de La Paz. Su marido, que viajaba con ella, está desaparecido, informó la fiscalía de Baja California Sur.

El Centro Nacional de Huracanes en Miami informó el sábado por la tarde que Polo se situaba 220 kilómetros (135 millas) al sur-sureste de la punta sur de la península, tenía vientos sostenidos de 75 kilómetros por hora (45 mph) y se movía hacia el noroeste a 13 kilómetros por hora (8 mph) con lo que se preveía que pasara por su punto más cercano a la costa durante la noche.

El centro prevé que Polo se debilitará durante el fin de semana. No obstante, las autoridades mexicanas mantienen alerta desde Santa Fe, en la costa occidental de Baja California Sur, hasta la Paz, en la costa oriental, por previsión de fuertes lluvias en una región que quedó severamente dañada con el huracán Odile.

La Comisión Nacional del Agua alertó en concreto de una subida del nivel del mar de hasta un metro por encima de lo normal, con oleaje elevado, fuertes ráfagas de viento y marea de tormenta.

Mientras tanto, el gobierno mantiene el envío de alimentos, agua y productos de primera necesidad, de generadores, así como el despliegue de miles de militares con aeronaves y buques de apoyo para intentar que los habitantes de Baja California Sur recuperen la normalidad y la seguridad, ya que las últimas jornadas estuvieron marcadas por los saqueos.

«Ahora hay control total de Los Cabos», dijo a el secretario de Gobernación (Interior) Miguel Ángel Osorio Chong a la cadena Televisa.

En la zona de Los Cabos, un importante destino turístico donde quedaron destrozadas no solo las viviendas más humildes sino también el aeropuerto y muchas partes de la zona hotelera, el principal problema que persiste es la falta de electricidad.

La falta de agua corriente, provocada por los cortes de luz, intenta paliarse con el envío de camiones cisternas y plantas potabilizadoras.

«En el recorrido que tuve la posibilidad de hacer de La Paz hacia Los Cabos, prácticamente no hay poste parado, esa es la magnitud del problema que se tiene, es la peor catástrofe que se ha tenido en el tema de energía por un evento climatológico», aseguró Chong.

Agregó que en La Paz ya se había recuperado el servicio eléctrico al 60% de los afectados pero reconoció que en Los Cabos llevaría «unos días más».

La intención del gobierno es priorizar la reparación de las redes eléctricas en las zonas comerciales que tienen viabilidad de abrir en menos tiempo y confía en poder restablecer la actividad turística para finales de octubre, informó la Secretaría de Gobernación en un comunicado.

Las comunicaciones todavía no se han recuperado del todo. El aeropuerto de La Paz ya funciona con normalidad pero el de Los Cabos opera solo para causas humanitarias y para continuar con la evacuación de turistas.

Además, continúan los problemas para el abastecimiento de combustible en Los Cabos, con solo un 9% de las gasolineras en funcionamiento.

Más de 1.500 personas continúan viviendo en refugios y otras 500 más acuden a los albergues para recibir algún tipo de apoyo mientras las fuerzas de seguridad policiales y efectivos civiles elaboran un padrón de daños, agrega la nota de prensa.

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