Los obreros afiliados a la Confederación Nacional de Trabajadores Dominicanos (CNTD) montaron una vigilia, que terminó con un piquete ante el edificio Empresarial.Demandaron del sector un aumento general de salarios de un 30 por ciento para el sector privado. Con pancartas y mediante consignas ancianos y padres de familia se concentraron en la explanada frontal de la Asociación de Comerciantes e Industriales de Santiago, donde aprovecharon para denunciar los constantes aumentos de los precios de los artículos de primera necesidad, tras entrar en vigencia la reforma fiscal.
Juan Jiménez y Domingo Sabino, voceros de las organizaciones que demandan mejoría de las condiciones de vida de la población, dicen que en el aumento salarial deben ser incluidos policías y militares activos y pensionados. Otra de las demandas es que se les brinde mayor cobertura en la seguridad social y la preservación del Instituto Dominicano de Seguros Sociales (IDSS).
Agentes policiales fueron apostados frente al edifico Empresarial, local que acoge a todas a las entidades empresariales de la región, para impedir desórdenes. Jiménez dijo que no es posible que los trabajadores sigan ganando salarios de miseria cuando la canasta familiar actual es de 25 mil pesos para una familia pobre.
“Lo que estamos demandado es una reorganización salarial que permita corregir las evidentes injusticias que existen en este renglón”, expresó Sabino. Los manifestantes dicen que resulta impostergable una reforma a la Ley de Seguridad Social que garantice la protección a más de cien mil trabajadores portuarios, agrícolas, de la construcción y migrantes. Es por eso que abogan por la creación de regímenes especiales que permitan corregir lo que entienden como una distorsión de dicha legislación.
En otro orden, en el distrito municipal de Palmar Arriba, del municipio de Villa González, las organizaciones comunitarias continuaron protestando de forma violenta, a pesar de que habían anunciado el levantamiento del paro que ayer entró al segundo día. Las protestas amenazan a mil estudiantes que podrían perder el año escolar, debido a que los maestros y alumnos se resisten a participar en las jornadas docentes. Desaprensivos intentaron quemar la parte frontal del centro educativo José Ignacio Mendoza, al colocar neumáticos en la puerta de entrada y las paredes.
Los locales que habían sido rentados para superar el déficit de aulas, entre estos ranchetas y un cabaret, fueron cerrados, por lo que cerca de 300 estudiantes no tienen espacio para recibir docencia, ante lo cual piden al Ministerio de Educación una solución.
