Inmerso en el agitado mundo del periodismo televisivo, Jean Suriel, especializado en informaciones meteorológicas, saca tiempo para encontrarse consigo mismo y con los sentimientos esenciales del hombre poeta en Tránsito de Venus, una colección de poemas en la que se sumerge en las complejidades del amor con una visión entre lo humanístico y lo existencial.
Sin retruécanos impresionistas, fiel al sentimiento sin renunciar a la estética, Suriel logra atrapar al verdadero lector de poesía con la belleza misma del amor. Construye la visión holística del ser humano, en su múltiple condición biológica, psíquica, social y espiritual. Canta al amor que pudo ser, no al que debiera ser. Esta verdad se percibe cuando expresa: “Amo eso que haces con tus manos, con tu boca,/ amo el ritmo que contiene tu cintura, / la danza de tu cuerpo”.
El poemario trae un estudio del escritor Fausto A. Leonardo Henríquez, radicado en Valencia, España, quien ausculta en el autor “un sentimiento vital que emerge de los más variados estados del alma del artista.
La atmósfera en que suele darse ese sentimiento, tiene que ver mucho con la soledad, el silencio y la vigilia”.
En tanto que el reconocido crítico Bruno Rosario Candelier, presidente de la Academia Dominicana de la Lengua, presenta a Suriel como un creador atizado “con el sentido estético y la energía espiritual”.
Dice que “este cultor del sentimiento lírico recrea, con actitud gozosa y expresión nostálgica, las tormentosas delicias que la pasión amorosa depara a los abanderados de Venus”.
Tránsito de Venus viene a confirmar la percepción de que en República Dominicana, pese a las plagas de los antivalores reinantes, la poesía se resiste a perecer y renace con vitalidad en las voces de las nuevas generaciones.
Esta vez es Suriel, nacido en Santo Domingo en 1976, y criado en La Vega, quien nos renueva los eternos encantos de la diosa griega del amor.
