Hace muy bien la Junta Central Electoral en no dejarse intimidar por vocingleros tremendistas que se creen dueños absolutos de la razón y pretenden imponer sus deseos por encima de las facultades que la Constitución y las leyes de la República delegan en la institución responsable del montaje y celebración de elecciones. Ya los tiempos de conchoprimo, donde se imponía la ley del más fuerte, del que hablara más duro, del que fuera más bocón, son cosas del pasado. Si alguien quiere participar del juego democrático, llámese como se llame y ostente la posición política cual que sea, tiene que acogerse a las reglas del juego. Eso sí, tiene todo el derecho a apelar y recurrir a las instancias y mecanismos existentes en procura de que se respeten sus prerrogativas, aunque ello no le da patente de corso para lanzar acusaciones alegres, temerarias e irresponsables contra quienes se supone actúan apegados a lo que dicen las leyes vigentes. No es llevando turbas, con antisociales violentos incluidos, a piquetear en el entorno de la JCE que se consigue el reconocimiento de un movimiento o partido político, por rebelde que sea. Es cumpliendo con los requisitos que están establecidos para tener un partido político reconocido que se acude a las urnas en procura de votos. De ahí que no tenga validez cualquier otra cosa, como la que reseñó ayer la prensa vespertina. Lean ahí: “El Movimiento Rebelde, del empresario del transporte Juan Hubieres, no presentó en tiempo hábil su solicitud de revisión a la resolución que lo rechazaba como partido político legal. Pese a la impuntualidad, su caso fue revisado por el pleno, debido a que el viernes pasado cuando fue a pedir reconsiderar la decisión contra su partido, los supervisores de guaguas de Fenatrano provocaron un desorden en el tránsito”. Quiérese decir, entonces, que todo esto es sugestión pantera, mucho bla, bla, bla, y un gadejo(ganas de jo…) de marca mayor, olvidándose que la ley es la ley, que ha de ser igual de aplicable para todos, sin excepciones ni privilegios, por lo que este tipo de presiones han de ser dejadas a un lado ¡yaaa…!. ¿Se oye o no se oye…?
Tremendismo
Hace muy bien la Junta Central Electoral en no dejarse intimidar por vocingleros tremendistas que se creen dueños absolutos de la razón y pretenden imponer sus deseos por encima de las facultades que la Constitución y las leyes de la República…