Trump ganó: ¿Y ahora qué?

La sorpresiva derrota de la señora Clinton será un tema controvertido por mucho tiempo. Ella ha roto el silencio responsabilizando al Director del FBI.

La sorpresiva derrota de la señora Clinton será un tema controvertido por mucho tiempo. Ella ha roto el silencio responsabilizando al Director del FBI. No obstante, el asunto es más complejo, pues a cualquier otro candidato le hubiera sido imposible lanzarse, con una investigación abierta por el FBI. Indudablemente, la decisión de seguir adelante era de alto riesgo para ella, y para la dirigencia Demócrata, que le otorgó numerosos delegados convencionales reservados al partido, aún antes que comenzaran las primarias, lo que afianzó la percepción que ella recibía un trato especial. Cuando sorpresivamente el social-demócrata Bernie Sanders surgió como un fuerte contendiente, algunos funcionarios del partido no dudaron en ponerle trabas. Donna Brazile, del Comité Nacional, pasó a Clinton algunas preguntas, que se formularían en un debate con Sanders, lo que causó un escándalo mayúsculo, en un país que trata las trampas con dureza. Todo lo dicho conduce a una reflexión. Teóricamente, los partidos políticos deben canalizar la voluntad popular. Siendo así, cuando su estructura de poder decide suplantar dicha voluntad, se alejan de sus bases. La señora Clinton perdió las elecciones porque la tradicional base trabajadora de Ohio, Michigan, etc., votó por un candidato que expresó lo que sentían: que ella representaba al sistema que los ignoraba. Y es que por mas de 20 años, los trabajadores norteamericanos han visto sus condiciones de vida deteriorarse, debido a la presión de una inmigración desbordada, y el traslado de fábricas al extranjero, que ha dejado a sus comunidades devastadas, y resentidas contra todo aquello que es externo, pues al daño económico, se agrega el cuestionamiento a su identidad cultural, que fácilmente degenera en hostilidad xenófoba. Este punto merece analizarse: Una inmigración moderada, brinda a los recién llegados la oportunidad de asimilarse a la cultura receptora. Pero cuando es masiva, los recién llegados impondrán su cultura.

La globalización de un mundo sin barreras para productos y personas ha terminado, pues, creando profundas fracturas sociales, entre los ganadores y perdedores. En el contexto norteamericano los beneficiarios de la globalización son los bien pagados abogados, banqueros de Wall Street, ejecutivos que hacen negocios por el mundo, y profesionales universitarios, incluyendo muchos periodistas, incapaces de visualizar la tormenta social que se aproximaba. Los obreros norteamericanos y aquellos con un título secundario han resultado perjudicados. Solo la necesidad de buscar la unidad con Sanders llevó a la Sra. Clinton adoptar algunas de sus posiciones, a favor de los trabajadores. Todo ello resultó insuficiente, visto el resultado. Los empresarios dominicanos debemos vernos en el espejo de lo sucedido, pues hemos observado con indiferencia la pérdida de poder salarial y de cientos de miles de empleos dominicanos en la construcción, el agro, y ahora ese proceso comienza en el transporte. Aprendamos: Trump ha ganado: ¿Y ahora qué? 

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