Nueva York. — Donald Trump sopesa realizar una gira de la victoria por los estados que lo eligieron presidente, reveló una asistente, mientras continuaban las protestas ruidosas fuera del rascacielos donde el futuro presidente de Estados Unidos sostenía reuniones con miembros de su equipo de transición y recibía llamadas de felicitación.
Hasta ahora Trump solo ha anunciado que será el vicepresidente electo, Mike Pence, quien dirigirá el equipo de transición en lugar de Chris Christie. El próximo gobernante aún no ha identificado a otros miembros de su equipo, tanto en su gabinete como en los puestos más altos en la Casa Blanca.
El sábado, el presidente electo permaneció fuera de la vista en la Trump Tower mientras las calles aledañas estaban atestadas de miles de personas que protestaban por el resultado de los comicios del 8 de noviembre.
En cierto momento, el documentalista Michael Moore, un crítico liberal de Trump que sin embargo pronosticó su triunfo, ingresó a la recepción del rascacielos con un equipo de camarógrafos y pidió ver a Trump. «Quería ver si podía entrar a la Trump Tower y tomar la famosa escalera eléctrica», dijo Moore, quien hizo eso y llegó hasta el cuarto piso. Luego el Servicio Secreto le dijo que no podía subir más.
Kellyanne Conway, quien fue la directora del equipo de campaña de Trump —y quien con seguridad tendrá un cargo prominente cuando el magnate asuma la presidencia— dijo a la prensa el sábado en la entrada de la torre que era «inminente» la elección del secretario general de la Casa Blanca por parte del futuro mandatario, aunque esa decisión no se anunciaría pronto. Quien ocupe el cargo marcará el tono de la Casa Blanca de Trump y será el principal enlace con el Capitolio y las agencias del gabinete.
Según versiones extraoficiales, Trump sopesa para el cargo a Steve Bannon, su presidente de campaña y ejecutivo conservador de medios, y al presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus. Ninguno tiene experiencia política importante, aunque Priebus es bien conocido en Washington DC y tiene vínculos con legisladores.
Conway dijo que la siguiente presentación pública de Trump está prevista «para el próximo par de días». A la pregunta de si el multimillonario efectuará en breve una gira de la victoria, ella respondió: «Es posible. Es posible. Estamos trabajando en el programa de actividades».
Conway describió la jornada sabatina de Trump como «reuniones, llamadas, conversaciones y entrevistas vía telefónica. Lo que es de esperarse en una transición presidencial normal».
En un gesto de normalidad, Trump se comprometió a utilizar Twitter de manera «muy restringida» cuando sea presidente «si es que lo hace».
Sin embargo, no sonó convencido de que dejaría de utilizarlo cuando respondió a una pregunta en una entrevista para el programa «60 Minutes» que será transmitida el domingo.
Trump hizo algunas de sus declaraciones más incendiarias —en una campaña cargada de provocaciones— en tuits emitidos a altas horas de la noche. «Tengo un método para contraatacar», declaró Trump en referencia a las redes sociales.
Opinó que Twitter es «tremendo» y que lo ayudó a ganar las contiendas en estados donde el gasto en campaña de sus rivales fue mucho mayor. Dijo creer que ha quedado demostrado que las redes sociales pueden ser más poderosas que el dinero.
Momentos después de la visita no solicitada de Moore a la Trump Tower, Nigel Farage, líder del movimiento «Leave» que promovió la votación por la que Gran Bretaña decidió salir de la Unión Europea, llegó también. Trump frecuentemente vinculaba su campaña al movimiento Brexit.
«Fue un gran honor pasar tiempo con Donald Trump», dijo Farage sobre su encuentro de una hora con Trump, según un comunicado de su Partido de la Independencia del Reino Unido. «Estaba relajado y lleno de buenas ideas. Estoy seguro de que será un buen presidente. Su apoyo a la relación entre Estados Unidos y Reino Unido es muy fuerte. Es un hombre con quien podemos hacer negocios».
