La contienda por la Presidencia de la República tiene en Twitter una plataforma propagandística amplia y gratuita, además de un espacio de enfrentamiento. La mañana del jueves 16 de febrero el país ya conocía la denuncia de Marcos Martínez. El comunicador había dicho, la noche anterior, desde un programa de la televisión local de Santiago, que la primera dama y candidata vicepresidencial del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) tenía más de 43 millones de euros en el Danske Bank de Dinamarca. Pero su acusación no alcanzó el nivel de escándalo nacional hasta que entró, como un estruendo informativo a Twitter, donde miles de ciudadanos y ciudadanas comenzaron reproducirla de inmediato, y a condenar o defender a Margarita Cedeño de Fernández.
En respuesta a los torrentes de calificativos y rumores que antes del mediodía ya cubrían su nombre, Cedeño de Fernández utilizó su cuenta en la red social (@margaritacdf) para desmentir la denuncia de Martínez, y anunciar el correspondiente sometimiento judicial por difamación e injuria.
El caso surge como indicador de la importancia que ha tomado el mundo “twittero” para quienes luchan por conquistar la Presidencia de la República el próximo 20 de mayo.
Por Twitter el coordinador nacional de campaña del PLD, Francisco Javier García (@FgarciaF), defiende, a “trinos” y “retrinos” (un trino equivale a un mensaje de la red) la candidatura Danilo-Margarita, y comparte todas las encuestas favorables al oficialismo. Lo mismo hace el secretario general Reinaldo Pared Pérez (@reinaldopared) y otros legisladores, ministros y simpatizantes de la fuerza morada.
Pero el Partido Revolucionario Dominicano (PRD), como principal estructura de oposición, no se queda atrás. El candidato Hipólito Mejía (@llegopapa) ha sido uno de los primeros dirigentes en utilizar la herramienta de twitcam (videoconferencia) para llevar su mensaje político a los usuarios de Twitter, esa red azul que ya tiene más de 500 millones de participantes en todo el mundo, y se mantiene en permanente crecimiento.
Los seguidores de Mejía son los primeros en compartir encuestas como la que ayer público el Centro Económico del Cibao, donde el expresidente aparece con el 54% de la intención del voto dentro de las provincias del norte del país. Si un día no se les encuentra haciendo trabajo propagandístico virtual, con facilidad los “twitteros” de “Papá” pueden aparecer lanzando duras críticas al Gobierno y a la candidatura peledeísta. Y es que allí, donde el discurso se monta sobre 140 caracteres, la expresión y difusión de las ideas, emociones e intereses políticos fluyen a la velocidad del instante, con poca o ninguna restricción.
Reporte de campaña
Los candidatos presidenciales del PLD (@DaniloMedina) y del PRD (@LlegoPapa) tienen equipos especiales encargados de administrar sus cuentas durante los eventos oficiales. Así, cuando Medina encabeza alguna caravana u otro tipo de evento político, un delegado se dedica a “twittiar” o reportar los detalles a los 28,256 seguidores que el político tiene en Twitter.
Estos contactos, a su vez, pueden compartir la misma información con sus respectivos seguidores. La cuenta de Hipólito es seguida por 33,442 usuarios, pero, según sus propios registros, es menos dinámica que la del oficialista.
En la red social los mensajes de propaganda y opinión de los aspirantes a la Presidencia corren de modo gratuito, situación que contrasta con los altos montos que los partidos deben pagar para reproducir sus contenidos en espacios convencionales de radio, prensa y televisión, donde la audiencia no siempre está tan asegurada como en las redes sociales.
Alternativos tienen contacto directo
El candidato presidencial de Alianza País, Guillermo Moreno (@MorenoGuillermo), y el titular de la candidatura de Alianza por la Democracia, Max Puig (Max_Puig), sobresalen entre los candidatos presidenciales alternativos que participan de las redes sociales. En Twitter, el equipo de Moreno (cerca 10,415 seguidores) no sólo difunde las actividades del candidato.
El mismo exfiscal del Distrito toma las riendas de su cuenta para hacer propuestas y responder inquietudes de la ciudadanía. Max Puig (cerca de 1,027 seguidores), exministro de Trabajo, incluso ha sostenido debates teóricos con “twitteros” que critican su discurso y su práctica política.
