Hace unos días, dos médicos dominicanos anunciaban a la población que habían detectado en un grupo de biopsias de estómago una condición conocida como hiperplasia de células endocrinas, la cual, según ellos, era la antesala inevitable hacia la conversión de tumores malignos en aquellos a quienes se les había detectado esa lesión estomacal.
Este hecho alarmó a la población a tal punto que varios medios de comunicación amplificaron ese presagio. Como si se tratara de un hallazgo indiscutible, de propia boca de estos médicos se cuestionaba la dieta del dominicano expresando su preocupación de la posibilidad de que algún agente químico esté mediando en la aparición de la patología mencionada.
Esto motivó que grupos y autoridades sanitarias expusieran con dudas tal denuncia. Fue por lo que el Hospital General de la Plaza de la Salud (HGPS) presentó un trabajo científico en el cual se habían estudiado recientemente unas tres mil biopsias de las vías digestivas, las cuales reportaron apenas 35 casos de cáncer de estómago.
Estos resultados han puesto en entredicho esta alerta innecesaria, lo cual pone en evidencia la necesidad de establecer criterios más profesionales a la hora de lanzar conclusiones científicas erráticas que intranquilizan y confunden a nuestra ciudadanía.
