Una práctica ilegal

Hace unos días, la Autoridad Metropolitana del Transporte (Amet) volvió a amenazar a los conductores que no renueven los marbetes con…

Hace unos días, la Autoridad Metropolitana del Transporte (Amet) volvió a amenazar a los conductores que no renueven los marbetes con incautarles sus vehículos, medida irregular que no se encuentra autorizada por normativa alguna.

A pesar de haber creado expectativas por su juventud y buena reputación, decepciona el nuevo jefe de la Amet, general Brown Pérez, cuando demuestra que es más de lo mismo en cuanto al desconocimiento de la Ley 241 de Tránsito Terrestre, pues con vehemencia reiteró que los vehículos que circulen sin marbete serán incautados “sin contemplaciones”, ignorando que esto sería una acción arbitraria sin asidero legal. El tipo delictual agrupado por la ley de tránsito es la contravención. Las contravenciones constituyen una categoría de delito dentro de la clasificación formal de los delitos que en la legislación dominicana se encuentra recogida en el Código Penal Dominicano.

Constituye una clase de delito con un tratamiento especial por su escasa gravedad, pero sigue siendo un delito e indiscutiblemente exige, como en cualquier otro tipo delictual, del respeto a los principios del debido proceso. Transitar sin el marbete es un ejemplo de contravención típica en nuestro país contemplada en la Ley 241-67 sobre tránsito y sancionada con multas, pero no implica prisión ni conlleva la disposición de autorizar a los agentes a la incautación de los vehículos.

Resulta lógico para cualquier persona que las prácticas que están llevando a cabo los agentes de la Amet (y peor aún, que fueron legitimadas con amenazas del jefe de la institución) no sólo son cuestionables sino, además, ilegales.

La incautación del vehículo es una alternativa de excepción concebida únicamente para casos muy específicos que implican accidentes y que excluyen contravenciones de menor gravedad como cruzar una luz roja, no colocarse el cinturón de seguridad o transitar sin el marbete vigente. Esto significa que pretender Amet la incautación de vehículos por la razón citada implicaría necesariamente actuar al margen de la ley.

Lo grave de todo es que este irrespeto repetitivo a las reglas fundamentales y constitucionales del debido proceso se lleve a cabo desde la autoridad llamada por naturaleza a hacer valer el imperio de la ley, pero ojo, de lo que dice la ley, no de lo que está en la cabeza de los jefes como Brown Pérez.

Amet tuvo en sus inicios un período de luces, pero luego experimentó una larga etapa de tinieblas caracterizada por el autoritarismo, la ignorancia y las ilegalidades que muchos creímos, cuando fue designado un comandante con nuevos bríos, que podría de nuevo aclarar. Cuánta ingenuidad.
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