Pensar en clasificación de uso de suelo en el país es trasladarse al mero cobro de arbitrio que hacen los ayuntamientos por hacer un cambio en el uso de un predio, ya sea de residencial a comercial o viceversa.
El quehacer político ha enseñado que la clasificación del suelo solo sirve para determinar la división político-territorial, que en la mayoría de los casos solo es visto como un botín que permite a los actores del sistema la administración de recursos públicos y la creación de empleos, a través de los municipios y desde el gobierno central para la asignación de gobernadores provinciales.
La clasificación del uso del suelo va más allá. Permite que los países tengan identificados cuales son sus recursos naturales renovables y no renovables; recursos hídricos, las riquezas del subsuelo, las áreas protegidas; predios productivos, urbanizables y no urbanizables. En fin, poder contar con un verdadero inventario que permita ordenar y planificar el territorio.
La importancia del uso eficiente del suelo ha llevado que muchos países, desde hace décadas, cuenten con una ley para esos fines, incluso las naciones europeas han hecho una norma macro para el cuidado de los recursos naturales y con ello prevenir los daños por el cambio climático.
Para ejemplarizar con un país que nos es más cercano, Colombia justificó la aplicación de una legislación que regulara el uso del suelo en “promover la armoniosa concurrencia de la nación, las entidades territoriales, las autoridades ambientales y las instancias y autoridades administrativas y de planificación, en el cumplimiento de las obligaciones constitucionales y legales que prescriben al Estado el ordenamiento del territorio, para lograr el mejoramiento de la calidad de vida de sus habitantes”.
Determinar el uso del suelo es tan importante, que es la vía por excelencia para la conservación de la vida, esto porque en la medida en que se tiene claro la preservación de los recursos, se identifica donde puede habitar la gente, se implementan sistemas eficientes para el tratamiento de las aguas residuales, se conservan los predios productivos y en esa misma medida se garantiza sostenibilidad.
