Vacacionar no es opción para presidentes de RD

Barack Obama se fue de vacaciones. Es la tercera vez que lo hace desde que está al frente de la Casa Blanca. La acción del gobernante del país más poderoso del mundo es repetida habitualmente por mandatarios de otros países, mientras que el president

Barack Obama se fue de vacaciones. Es la tercera vez que lo hace desde que está al frente de la Casa Blanca. La acción del gobernante del país más poderoso del mundo es repetida habitualmente por mandatarios de otros países, mientras que el presidente dominicano, Leonel Fernández, nunca ha hecho uso de ese recurso en este periodo, ni tampoco en los otros que ha estado al frente del Poder Ejecutivo. Otros jefes de Gobierno dominicanos tampoco han optado por esa prerrogativa.

Podría decirse que en la vida republicana del país los presidentes no toman vacaciones. En el caso de Fernández, la Presidencia respondió a El Caribe que éste no toma vacaciones “porque en el país no hay tradición de que los presidentes lo hagan”.

Esa conducta es explicada por el politólogo Freddy Ángel Castro, miembro de la Academia Dominicana de Ciencias Políticas, como consecuencia de la falta de interiorización del concepto de servidor público o lo que es lo mismo, la ausencia del desarrollo de una cultura política.

“En la República Dominicana todavía, desde el punto de vista del desarrollo de las instituciones de nuestra cultura política, los jefes de Estado no se ven a ellos mismos como servidores públicos en función del cargo en que estén”, aduce.

El politólogo, quien encabezó por años la Escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo y en la actualidad es vicedecano de la Facultad de Ciencias Jurídicas de esa academia, narra que en una ocasión el extinto presidente Joaquín Balaguer, quien dirigió la nación dominicana en siete ocasiones, dijo que no tomaba vacaciones porque entendía que se trataba de un asunto de seguridad del Estado.

Castro es tajante al sostener que no debe confundirse jamás los viajes que realiza un jefe de Estado al exterior con los descansos a que toda persona tiene derecho cuando desempeña una función. En la República Dominicana el no tomar descanso en la administración pública es una actitud que va más allá de los  jefes del Ejecutivo. Inexplicablemente alcanza también a todos los que tienen funciones de élite en el gobierno. 

“Ningún funcionario público, entiéndase ministro, presidente o vicepresidente, toman formalmente vacaciones durante sus periodos electivos”, señala Castro, al abogar porque esa práctica se erradique.

“Y a mi modo de ver sería saludable, inclusive, para el fortalecimiento del sistema del servicio civil y de la carrera administrativa  en la República Dominicana, no solo que el Presidente sino que los funcionarios comiencen a tomar vacaciones programadas, y que se digan, porque eso es un derecho”, dice.

Explica que aunque en el país no hay ninguna legislación especifica que establezca los periodos de descanso de un jefe de Estado y del segundo al mando, éstos podrían regirse por la Ley de Función Pública, que establece para los servidores públicos, en sentido general, la escala que va desde los 15 días hasta por lo menos 45 días de vacaciones (en el caso de los médicos).

Al margen de la postura de la Presidencia y de las explicaciones de los expertos, la población dominicana no ve “con buenos ojos” que los mandatarios dejen el Ejecutivo en aras de un descanso y lo perciben como algo fuera de lo común, definido por muchos como una sensación de “vacío” político.

Esa postura está reflejada en la antepenúltima encuesta de elcaribe.com.do, que mostró que un 56.4% (806 votantes) no aprobaría que Fernández se fuera de vacaciones, frente a un 43.6% (622), que entiende que el mandatario debería descansar como todo empleado.

“Vacaciones de paso”

Cuando Hipólito Mejía dirigió la nación acostumbraba acudir en algunas ocasiones a la casa de descaso del Ejecutivo ubicada en Juan Dolio, acción que es calificada por el politólogo como “descansos de paso”, pues nunca se dieron como vacaciones formales y el tiempo que duraba en la estancia era muy corto.

“Esos son fines de semana de paso, lo hacía el presidente Mejía y también lo llegó a hacer el presidente Antonio Guzmán Fernández. Tomaban vacaciones en esas casas, pero eran vacaciones de fin de semana, no tenía que ver con el procedimiento estricto, si se quiere constitucional, legislativo o normativo que diga: en estos momentos el Presidente sale de vacaciones, queda a cargo el Vice o la Vicepresidenta. En estos casos eran descansos de fines de semanas, no vacaciones”, sostiene.

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