Valora la actitud del país frente a la masiva presencia haitiana

“El hecho de que un haitiano  asesine a un dominicano o de que un dominicano que mate  un haitiano, es un caso que yo considero como natural en una población; en un lugar donde a veces hay cientos de miles de gente que conviven, que comparten”, exp

“El hecho de que un haitiano  asesine a un dominicano o de que un dominicano que mate  un haitiano, es un caso que yo considero como natural en una población; en un lugar donde a veces hay cientos de miles de gente que conviven, que comparten”, expresó el embajador de Haití en República Dominicana, Fritz Cineas.

Sostuvo que a veces son diferencias vinculadas a razones sentimentales, pero no como parte de una política oficialmente dirigida a atropellar a los cientos de miles de hombres y mujeres del vecino país.

“Es imposible impedir que en todo conglomerado humano hayan fricciones”, puntualizó Cineas. El embajador haitiano dijo que esta situación no se presenta de igual manera en el ámbito laboral, donde miles de haitianos, por no tener documentos que avalen su permanencia legal en el país, son víctimas de abusos de patronos, a quienes no siempre pueden exponerle el derecho de reclamar mejores condiciones en sus puestos de trabajo.

“Lamentablemente, hay casos de gente que se aprovechan de eso, porque saben que el haitiano no tiene un instrumento legal capaz de permitirle quejarse de esos abusos”, observa. Sin embargo, reconoce que, aunque persiste, se ha avanzado bastante en este sentido.

Afirmó que la embajada haitiana asiste frecuentemente a haitianos que llegan a esa legación diplomática para exponer distintos tipos de problemas o conflictos.

“Cada día, los migrantes llegan con problemas diferentes. Pero los problemas son más a nivel de migración”, puntualiza Cineas, entrevistado por el subdirector de El Caribe, Esteban Delgado, y la comunicadora Elisa Mariot, en el Almuerzo Semanal de Multimedios del Caribe. El diplomático de la vecina nación insistió, sin embargo, que la relación entre los dos pueblos es en sentido general de armonía y cordialidad, lo que recuerda se puso de manifiesto en las expresiones de solidaridad de los dominicanos con Haití, cuando la capital de este país fue sacudida por un fuerte terremoto, en enero del pasado año.

Destacó que después de este sismo que mató a cientos de miles de haitianos, el primer jefe de Estado que visitó y se integró a las labores de asistencia, fue el presidente Leonel Fernández. Trajo a colación el momento en que doce horas después del terremoto habían decenas de dominicanos auxiliando a miembros de la cancillería haitiana que estaban atrapados entre bloques de concreto y escombros.

“Haití nunca olvidará la compasión con la cual el pueblo dominicano y su gobierno dieron muestra de solidaridad. Por eso yo siempre hablo de las relaciones entre los dos pueblos, no necesariamente entre los gobiernos, después y antes del terremoto”, expuso Cineas, al destacar las buenas relaciones que entiende mantienen ambos países.

Al margen de la visión optimista del embajador haitiano sobre las relaciones domínico-haitianas, la semana pasada el Estado dominicano fue nuevamente sorprendido con una demanda ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), por supuestamente no dar respuesta judicial en casos de desnaturalización de 417 descendientes haitianos indocumentados que habrían nacido en suelo dominicano.

La audiencia fue fijada para el próximo 24 de octubre en la sede de la Organización de Estados Americanos (OEA), en Washington.  La solicitud fue formulada a la CIDH el 19 de agosto, por el Centro Robert Kennedy por la Justicia y los Derechos Humanos, Global Rights y Mujeres Domínico-Haitianas (Mu-dha), que preside Sonia Pierre.

En el mes de septiembre, el presidente de la Junta Central Electoral, Roberto Rosario, negó que fueran 417 los casos denunciados, sino que solo habían recibido 120 expedientes.  Explicó que de esa cantidad, 49 corresponden a actas de nacimiento que están correctas; 23 casos son de actas de nacimiento que deben ser transcritas al Libro Especial de Extranjería, por ser de hijos de extranjeros no residentes; ocho casos corresponden a actas de nacimiento suspendidas por falsedad de datos y pendientes de ser conocidas en los tribunales.

En ese momento, Rosario explicó que de los 40 casos restantes le solicitó a Mudha información sobre la documentación de los padres declarantes por carecer de documentos para sustentar la investigación. El ministro de Relaciones Exteriores, Carlos Morales Troncoso, negó el pasado viernes que el país haya sido sometido ante la CIDH por su supuesta negativa a otorgarles actas de nacimiento a 417 dominicanos de ascendencia haitiana.

Morales Troncoso admitió, sin embargo, que recibió una misiva de la ONU, pero que simplemente se le informó que es para tratar el tema migratorio y escuchar sus pareceres sobre esta temática.

CONFLICTO.
El jefe de la legación diplomática no quiso dejar de lado uno de los temas de mayor interés tanto para el gobierno haitiano en la actual coyuntura político-social, como para las relaciones domínico-haitianas, que es la retrasada designación del primer ministro haitiano. Al adentrarse en este aspecto, dejó ver su preocupación por la tardanza del gobierno haitiano en nombrar a este burócrata gubernamental.

Asegura que la ausencia de este funcionario tiene gran incidencia en asuntos como la reorganización de la República de Haití después del terremoto y en la reactivación de la Comisión Mixta Bilateral. “Desde la salida del presidente (René) Préval, el primer ministro no está ocupándose de los asuntos corrientes. El gobierno actual, o sea, el gobierno que dejó el presidente Preval, no tiene facultad para tomar decisiones muy importantes”, alertó Cineas.

Subrayó que Haití tiene un sistema de gobierno un tanto complejo “y a veces difícil de entender”, debido a que el Poder Ejecutivo tiene una composición bicéfala, donde el presidente de la República es el jefe del Estado, y el primer ministro que es el jefe del gobierno. Explica que mientras el gobierno es elegido por el voto popular, como establece la Constitución, el primer ministro es designado por el presidente, pero después de consultar a los presidentes del Senado y de la Cámara de Diputados.

Cineas señala que sólo cuando un partido político tiene mayoría en ambas cámaras el jefe de esa organización sería entonces automáticamente el primer ministro. Sin embargo, como este no es el caso actual y ningún partido tiene la mayoría congresual, es al presidente de la República a quien le corresponde designar al primer ministro. La explicación de Cineas es para dar a entender lo difícil que ha sido para el presidente Michel Martelly designar al primer ministro del gobierno haitiano y de las implicaciones que en términos funcionales y operacionales representa este retraso para el gobierno haitiano. En dos ocasiones, ambas cámaras han rechazado el candidato propuesto por Martelly para ocupar el importante puesto.

“El Presidente de la República es la persona que el pueblo en la expresión de su soberanía ha designado. Indudablemente, le cuesta designar un primer ministro que va a ser el jefe del gobierno y, en ciertas ocasiones, con más poderes que el mismo Presidente de la República. Por eso, el presidente de la República tiene que buscar bien con quién trabajar”, reflexionó Cineas. Sostuvo que de no escoger a un primer ministro con el que se sienta complacido, después de haber sido ratificado en el Congreso de ese país, el presidente tendrá que aceptarlo por obligación, porque luego de este procedimiento entonces no podrá destituirlo. “Para que haya gobernabilidad, es necesario que el presidente tenga a su lado un primer ministro con quien pueda trabajar y en el cual tenga confianza”, advierte.

El último candidato para primer ministro escogido por Martelly fue el médico Garry Conille, de 45 años. Este candidato, escogido a la luz de lo establecido en el artículo 137 de la Constitución haitiana, ya fue ratificado por la Cámara de Diputados. Ahora falta que el Senado de a conocer su veredicto, aunque de antemano antepuso que Conille no cumple con el requisito constitucional de haber vivido en Haití durante cinco años consecutivos antes del nombramiento.

Conille es la tercera designación de Martelly para primer ministro desde que asumió el gobierno hace casi cuatro meses, luego de que el Parlamento, controlado por la oposición, rechazara al empresario Daniel-Gerard Rouzier y al experto en leyes Bernard Gousse. Conille, quien se graduó de médico en Haití y estudió administración en Estados Unidos, fue jefe de personal del ex presidente estadounidense Bill Clinton y enviado especial de la ONU en Haití.

Cuando fue señalado por Martelly para ocupar el cargo de primer ministro, Conille acababa además de ser nombrado representante del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Níger. Martelly alega que su nominado está exento de cumplir los cinco años que exige la Carta Magna de Haití, debido a que salió del país motivado por su trabajo en Naciones Unidas.

Deplora no se hayan ratificado acuerdos

Cineas lamentó que los gobiernos de Haití y República Dominicana hayan echado en el olvido durante muchos años la reactivación de la Comisión Mixta Bilateral, instrumento que asegura facilitó la consecución de múltiples pactos multisectoriales.

Explicó que a partir del 1997 la Comisión Mixta Bilateral rubricó acuerdos de mutuos beneficios para los dos países, principalmente en cooperación turística, fitosanitaria, cultura, migración y medio ambiente. “Pero, desgraciadamente, no sé si faltó voluntad política y esos acuerdos nunca fueron ratificados. Fue necesario que aconteciera el seísmo de 2010, para que los dos gobiernos se dieran cuenta de la necesidad de realmente implementar la actuación de esta Comisión Bilateral”, criticó. Dijo que desde el mes de septiembre del año pasado las subcomisiones de ambos países  se han estado reuniendo en Santo Domingo.

Cantidad de haitianos que viven en la RD

En su visita a Multimedios del Caribe, el embajador Cineas también tocó otro tema muy debatido y controversial en las relaciones domínico-haitianas: la cantidad de haitianos que viven, legal e ilegalmente, en República Dominicana.

Dijo que por el flujo de entrada y salida de haitianos, ni la propia embajada ha podido realizar un censo para saber con exactitud cuántos nacionales de ese país residen en suelo dominicano. Puso como ejemplo que en la provincia de Dajabón hay cientos de haitianos que cada día atraviesan la frontera por cuestiones de trabajo y al final de la jornada regresan para Juana Méndez, en Haití.

La cifra de haitianos que viven en el país varía entre 600 mil y un millón y hay quienes entienden que son dos millones que están diseminados por toda la geografía nacional. Después del terremoto, el tránsito de haitianos al país se incrementó considerablemente.

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