En momentos no pensados, eventos descalificadores mueven la línea de nuestros horizontes y lo que parecía estar cerca, sin previo aviso se hace prácticamente inalcanzable. Mirar nuestro objetivo aun a través de las neblinas de las imposibilidades es la razón para seguir luchando, verlo pese a la oscuridad, es una señal de que será nuestro. La fe es esa antorcha que no deja que nuestro sueño se apague. Correr sobre las aguas, surfeando entre el desenfrenado oleaje, no ser un sobreviviente de la adversidad sino un adversario implacable que busca lo suyo, es la única manera de vencerlas.  ¡Creer, por tanto, es lo sensato para quienes ya han visto que en todas las cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos creó!

La corriente jurídica a favor de la sentencia 168 del Constitucional, al momento emerge presunta “vencedora”. ¿Qué confluyó en ese sentido?

1. La tristemente célebre protesta “todas somos Haití”.
2. La sesión de la CIDH en México donde un extranjero falsificador de identidad acusaba al país de “violar su derecho a la nacionalidad”.
3. Los desconsiderados ataques internacionales contra el país.
4. Los aguerridos juristas que buscarán sancionar judicialmente a los falsificadores de documentos del Registro Civil.
5. La naturaleza inapelable y vinculante a todos los poderes del Estado de la sentencia. Drama humano, pudiera ser, y justo profundizar en cada caso en particular. No obstante, la ley es dura, pero es la ley.

En momentos no pensados; eventos descalificadores mueven la línea de nuestros horizontes y lo que parecía estar cerca, sin previo aviso, se hace prácticamente inalcanzable. Mirar nuestro objetivo aun a través de las neblinas de las imposibilidades es la razón para seguir luchando, verlo pese a la oscuridad, es una señal de que será nuestro. La fe es esa antorcha que no deja que nuestro sueño se apague. Correr sobre las aguas, surfeando entre el desenfrenado oleaje, no ser un sobreviviente de la adversidad, sino un adversario implacable que busca lo suyo, es la única manera de vencerlas.  Creer es, por tanto, lo sensato para quienes ya han visto que en todas las cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos guía.