La perniciosa rutina nos acostumbra hasta a ni sentir ni padecer. Es real que a fuerza de hacer lo mismo, nos inmunizamos. El efecto logrado en principio se degrada hasta perderse. En eso se explica que hacemos dieta y tras una rápida bajada inicial, el progreso se pone lento o estanca. Superar el marasmo de la rutina está en actualizar la estrategia; por naturaleza las personas responden a la novedad. Si “a los dominicanos nada nos sorprende” es porque corrupción, impunidad, inequidad y exclusión, han sido nuestra rutina secular. Renovar nuestra atrasada práctica política y realmente “hacer lo que nunca se ha hecho” positivamente en el Estado es la fórmula para vencerla.
Vencer rutinas
La perniciosa rutina nos acostumbra hasta a ni sentir ni padecer. Es real que a fuerza de hacer lo mismo, nos inmunizamos. El efecto logrado en principio se degrada hasta perderse. En eso se explica que hacemos dieta y tras una rápida bajada inicial,R