Tamboril. En el vertedero municipal de esta localidad las autoridades no disponen de un plan de aprovechamiento de los desechos y solo los buzos reciclan y comercializan algunos objetos.Este basurero que contamina con la humareda y hedor, se visualiza desde diferentes puntos, ya que está al pie de la cordillera Septentrional. También afecta las aguas de la cañada Guazumal. Por la falta de espacio que le permita dar tratamiento adecuado al basurero enclavado en la comunidad de Guazumal Arriba, este lugar es un verdadero dolor de cabeza para las autoridades.
Fue levantado a solo dos kilómetros de la zona residencial y, según representantes de organizaciones comunitarias, ha desatado desde brotes de enfermedades respiratorias hasta el surgimiento de bacterias. Cuando el viento sopla desde el Norte hacia el Suroeste, las comunidades como El Biojol, La Cruz de Gurabo y El Jobo, todas limítrofes con Tamboril y Gurabo, se ven afectadas por la humareda.
Tratamiento inadecuado
“Son muchas las personas que han tenido que mudarse de esta zona, debido a los problemas que se desprenden del basurero”, refiere Milagros Rodríguez, residente en la zona de Guazumal. La falta de equipos para dar tratamiento adecuado a los desechos sólidos es otro de los problemas que enfrentan.
Aunque a principio de la gestión del alcalde Anyolino Germosén realizaron labores de mantenimiento, que le valió el reconocimiento de empresarios como Mícalo Bermúdez o los propietarios de Camp David Ranch, la falta de continuidad ha hecho que retornen los problemas de la humareda. En el basurero, que tiene más de dos décadas de construido, laboran aproximadamente 30 personas. Una gran parte se dedica a la recolección de metales que son comprados por dos personas que, a su vez, los venden a metaleras y empresas ligadas al reciclaje.
Leonora Reyes tiene un año haciendo la labor de intermediaria en la compra de botellas y metales. Por día puede recolectar entre 500 y 600 libras de plástico y solo 50 libras de hierro o cobre que luego vende a las metaleras. “A mí me ha tocado hacer esta labor, pero estoy consciente del daño que causa. Como vivo cerca sé de varios casos de personas enfermas por bacterias o males gripales”, indicó Reyes. En la comunidad tamborileña crece el clamor para que el vertedero sea trasladado a una zona menos habitada. Algunos reconocen la labor realizada por el alcalde Anyolino Germosén, pero esperan que pueda dar con una solución o clausurarlo.
El municipio no tiene espacio para basura
El caso de este municipio es más tétrico, pues el vertedero que operaba próximo al río Licey fue clausurado y no se cuenta con terreno donde construir un nuevo basurero. En la parte de acceso fue colocado un letrero que advierte que no deben lanzar desperdicios debido a que iban a parar al río Licey. En principio llevaban la basura al vertedero de Moca, pero también fue clausurado. La situación afecta, por igual la recogida de basura en las calles.
