Hoy descubrimos que los “capitanes” de yolas que viajan ilegalmente a Puerto Rico no son sólo maldad.
El rescate y llevada a “puerto seguro” de 18 de una yola zozobrada, por parte de otra embarcación “hermana”, evidencia que en ciertas circunstancias el despiadado personaje puede conmoverse.
Aunque la ayuda estuvo condicionada al negocio, en tanto medió un compromiso de pago posterior, la piedad afloró y se hizo el milagro para un grupo de dominicanos arriesgados a morir.
Pasaje peculiar en un mundo sórdido como el de los viajes ilegales. El crucial acuerdo permitió continuar con los objetivos y para aquellos necesitados y desafiantes compatriotas Puerto Rico significó la salvación de la vida sin dejar de ser la pretendida salvación económica.
