Hace mucho hubo un día que era antesala del placer del fin de semana familiar, preparación del sábado lúdico y viajero, espacio justo para el nocturno encuentro con amigos y jornada propicia para la revisión de lo vivido. Pero la calidad de este día lamentablemente ha cambiado de unos años a esta parte. Hoy ese día no se llama viernes, como antes, y ahora empieza a la hora precisa en que se anuncian los precios de los combustibles. Su nombre hoy es oscuro y maloliente: se llama “Petróleo”.
Viernes se llama petróleo
Hace mucho hubo un día que era antesala del placer del fin de semana familiar, preparación del sábado lúdico y viajero, espacio justo para el nocturno encuentro con amigos y jornada propicia para la revisión de lo vivido. Pero la calidad de este día