Violencia, sicarios y declaraciones policiales

En elCaribe del lunes 9 de junio, 2014. Pág., 06, escribí: “Estamos desamparados, no podemos recurrir a nadie. La violencia: incontenible. La Justicia: chamusca, apocada. Los Militares y Policías: matando ciudadanos”. Los hechos…

En elCaribe del lunes 9 de junio, 2014. Pág., 06, escribí: “Estamos desamparados, no podemos recurrir a nadie. La violencia: incontenible. La Justicia: chamusca, apocada. Los Militares y Policías: matando ciudadanos”.

Los hechos me dan la razón. La violencia sin control es uno de los temas con más presencia en la agenda nacional. No hay día que pase sin que los diarios traigan un hecho de sangre en sus páginas.

Las soluciones que se plantean, puro populismo penal, son cambiar libertad por seguridad, por “mano dura”. De paso, les endilgan la mayor parte de la culpa a los jueces penales del país y a la normativa procesal penal. Fácil solución mediática para una compleja situación que, aun sin elementos científicos para sostenerla, encuentra muchos adeptos.

De paso, las cárceles del país –depósitos de vestigios humanos- repletas, no cabe “ni un mandao”, y nada de esperanza de “reformar a los internos”, eso es una quimera.

Recientemente se produjo quizá el primer caso de sicariato por asuntos políticos (con posibles implicaciones de corrupción administrativa), lo cual le pone al tema “la tapa al pomo”.

En este contexto se producen estas declaraciones del jefe de la Policía Nacional, mayor general Manuel Castro Castillo: “… muchos delincuentes que son apresados y sometidos por diferentes violaciones… recobran su libertad con suma facilidad…”. De igual forma, dijo que se reunió con “los titulares de las distintas instituciones que velan por la seguridad del país”, Suprema Corte de Justicia, Procuraduría y DNCD. (La cita parece ser de la redactora del periódico Listín Diario, no del jefe policial. Ver información de fecha 04/07/2014, Sección La República).

Sobre lo que dijo del sistema de justicia penal, nada científico lo demuestra. Además, el tribunal es el último eslabón de la cadena. De las “reuniones”, estas pueden enviar una señal equivocada siendo órganos u organismos tan distantes en sus funciones, cuando lo que deberían es “cada cual hacer lo suyo”, con apego a la Constitución y total independencia, aunque parezca simple. Además, ahora sé que la Suprema Corte de Justicia traza, o ayuda a trazar, la política criminal dominicana.

Cada vez entiendo menos. Si el jefe de la policía dice que los delincuentes los sueltan los jueces, y se reúne con el Presidente de la Suprema Corte de Justicia, será para decirle qué hacer con los expedientes que, según el jefe policial, ellos entregan “con evidencias”, y estos los sueltan fácilmente. Alguien que me explique.

Al respecto, creo que el jefe policial haría un gran servicio a la nación si dedica sus esfuerzos a sacar de las filas policiales y someterlos a la justicia, en la que él parece no creer, a los agentes incorrectos que manchan la imagen de tan importante institución nacional, pelear por una mejoría de sus salarios y equiparlos bien. Esto hará que los policías serios, que son la mayoría, crean más en sí mismos, y de paso también la población, que a veces le teme más a estos que a los “presuntos delincuentes”.

Y los jueces, de su lado, que se empoderen y sean jueces, no fiscales o policías. Total, les dan todo a los fiscales y aun así los acaban. Estos sólo deberían escuchar y “reunirse” con la Constitución y las leyes, y punto.

En esto, como terminé el artículo de referencia, “El populismo penal nos arropa. Nos convertimos en un Estado policial poco a poco. Debemos rectificar el camino o llegará un momento en que nadie tendrá paz”.
Y el tiempo pasando…

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