Vivan las madres

Era muy normal   tener a mi mamá, muy natural que  trabajara mucho y se ocupara de sus hijos hasta olvidarse de sí misma. Su falta de tiempo, los apremios económicos –era una pobre maestra normal viuda, con la carga de cinco hijos y una madre&#8230

Era muy normal   tener a mi mamá, muy natural que  trabajara mucho y se ocupara de sus hijos hasta olvidarse de sí misma. Su falta de tiempo, los apremios económicos –era una pobre maestra normal viuda, con la carga de cinco hijos y una madre senil- perjudicaron la afectividad familiar; no tuvimos costumbre de expresarnos mutuo afecto. Sin dinero para regalos, inhabituados a expresar cariño, muchas veces el día de las madres pasaba como uno más en casa. El primer día de las madres tras su fallecimiento, lamenté el tiempo perdido. “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”. Gracias madre, donde quiera que estés. Perdona no haberte dicho siempre lo mucho que te quería. ¡Qué vivan todas las Madres! l

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