La vulnerabilidad de la clase media

La sociedad dominicana tiene una acentuada y obstinada desigualdad  social que ha impedido un mayor desarrollo de una vigorosa clase media. La…

La sociedad dominicana tiene una acentuada y obstinada desigualdad  social que ha impedido un mayor desarrollo de una vigorosa clase media. La proliferación de inmigrantes pobres deprime los salarios y aumentan la riqueza de las clases pudientes. Esto es una mala noticia para la democracia y el desarrollo social de nuestro país.

Esta reflexión no es original y ni siquiera nueva. Cinco siglos antes de Cristo, Aristóteles argumentó que la mejor constitución para un estado-nación consistía en un punto medio entre el gobierno de los pobres, potencialmente dependientes, y el gobierno de los ricos, ya de por si poderosos. Es decir, el buen gobierno garantizaría la supremacía de la  clase media (Política, Libro IV, cc 11-13).

Desafortunadamente, en el Marxismo, tan popular en América Latina, la clase media está confinada a la irrelevancia, pues el drama histórico lo escenifican la lucha de los capitalistas y un proletariado, que de acuerdo al libreto, conduciría a la humanidad a una unidad sin conflictos. Entre los errores y excesos de la Revolución Cubana está su truculencia hacia su clase media, que partió al destierro bajo una  lluvia de epítetos que no vale  la pena repetir, y bien vale olvidar, en pos de una deseable reconciliación. Transcurridos 50 años, la adormilada economía del sur de la Florida, donde se establecieron, creció hasta US$220,000 millones con apenas 4.5 millones de personas, mucho más grande que la cubana, con 11 millones de personas.

Debemos  subrayar la ironía contenida en el reiterado reclamo contra el implacable bloqueo impuesto por Washington, pues su levantamiento en la práctica conllevaría un intercambio con la influyente comunidad cubana del sur de la Florida, que tiene el liderazgo de una comunidad latina, hoy convertida en la intermediaria comercial y financiera con buena parte de América Latina.

Con el chavismo, las cosas no parecen estar mejores. La reciente inmigración venezolana a nuestro país es de personas comunes, quienes están poniendo sus pequeños negocios, o trabajando en empresas. Esta sangría de personas educadas y trabajadoras terminará empobreciendo a Venezuela, no importa lo que digan los apologistas.

El populismo llega al poder apoyado por la indignación de unas clases medias minoritarias ante la corrupción de algunos políticos tradicionales, y se mantiene mediante una relación entre el líder carismático y las masas. Siendo así, en las últimas elecciones venezolanas el carismático líder logró una aplastante victoria; eso sí, ayudado con el reparto de mas de  un millón de electrodomésticos Made In China. (El Universal, 4/11/2011).  Con razón la deuda del país se sitúa en el 77 % del producto bruto interno, a pesar de unos ingresos de la empresa petrolera de cerca de 1,000,000,000,000 de dólares, entre el 1999 y 2011, cifra que debe ser escrita para ser comprendida.(El Mundo, 21/9/2012).

Cuando este derroche termine, a Venezuela le quedará un largo camino de recomposición que esperemos permita a su clase media jugar su papel, tan necesario para el equilibrio político y el progreso económico de las naciones.

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