SAN FRANCISCO — Webb Simpson ganó el domingo el Abierto de Estados Unidos para acreditarse su primer título en un torneo major.
Simpson salvó el par en el empinado hoyo 18 con un golpe corto desde el rough a cerca de 1,2 metros (cuatro pies), cerrando la última ronda con 68 golpes, dos bajo par de campo, superando a Graeme McDowell y Michael Thompson en una brumosa última ronda en The Olympic Club. Simpson finalizó con total de 281 golpes, uno sobre par. Eso fue suficiente para superar al ex campeón del torneo Jim Furyk.
«Oh, vaya», dijo Simpson viendo desde el cuarto de casilleros.
Michael Thompson y Graeme McDowell estuvieron un golpe atrás.
Furyk tuvo dos bogeys en sus últimos tres hoyos. McDowell falló un putt para birdie desde aproximadamente 7,5 metros en el último hoyo que pudo haber forzado un desempate el lunes. El norirlandés ganó el título en Pebble Beach hace dos años.
Tiger Woods firmó el domingo tarjeta de 73 golpes, siete bajo par.
El argentino Angel Cabrera terminó la última ronda con 75 golpes para totalizar 292, 12 sobre par.
El Olympic es conocido como el «cementerio de los campeones» porque ganadores de majors que han buscando ganar el Abierto de Estados Unidos siempre pierden ante los menos expertos. Uno de ellos fue Arnold Palmer en 1966, cuando perdió una ventaja de siete golpes en los últimos nueve hoyos.
Tal vez sólo fue que Simpson, de 25 años, fue a Wake Forest con una beca escolar Arnold Palmer.
«Arnold ha sido tan bueno para mí», dijo Simpson. «Justo el otro día, leí esa historia y pensé sobre ella. Él representa tanto para mí y Wake Forest. Con suerte puedo devolverle un poco y hacerlo sonreír».
Nadie estaba tan radiante como Simpson, quien llega de un año significativo en el PGA Tour con su primer major.
Tampoco había nadie más disgustado que Furyk, que estuvo bajo control durante gran parte de la ronda final hasta que falló en el hoyo 16, par cinco, y perdió la ventaja por primera vez en el día, y fue incapaz de recuperarse.
