Yajhaira: Dios me dejó vivir, pese a las 29 puñaladas

Santiago. “Está viva para un fin”. Esta frase cobra fuerza en Yajhaira Méndez, que estuvo a punto de convertirse en un número más de las víctimas de feminicidios que se registran en el país.

Santiago. “Está viva para un fin”. Esta frase cobra fuerza en Yajhaira Méndez, que estuvo a punto de convertirse en un número más de las víctimas de feminicidios que se registran en el país.

Yajhaira cuenta que su ex pareja y padre de  tres de sus cuatro hijos y con quien había convivido por 13 años, se presentó en horas de la noche en su casa y le dijo que si no tenían relaciones la mataría.

Ella nunca pensó que la amenaza se llevaría a efecto, y así fue,  al negarse, su agresor salió de la casa y luego volvió a cumplir sus propósitos porque tenía las llaves y podía entrar cuantas veces quería.

Jonathan Espinal, de 29 años, la emprendió con furia contra Yajhaira, quien se negaba a reconciliarse con él y lo había mandado para su casa a tranquilizarse. Algunos atribuyen el crimen a  debilidades emocionales del agresor, que se encontraba inestable debido a su condición de desempleado.

El escenario fue la casa de la víctima, localizada en la sección “La Otra Banda” en Santiago, donde hechos similares se han registrado con frecuencia en el presente año.

Mirar la muerte. De acuerdo con Yajhaira, en su caso “obró la voluntad de Dios” para que se mantuviese con vida tras recibir 29 puñaladas por parte de su ex pareja.

Yajhaira presentó un estado agónico y los médicos no garantizaban su vida por la profundidad de las heridas y la sangre que había perdido.

En una ocasión se entregó a la muerte, porque no aguantaba los dolores y debió ser intervenida en dos ocasiones para corregirle las distorsiones que tenía en un pulmón que resultó perforado por el puñal.

Por fortuna los médicos lograron controlarle la hemorragia e intervenirle el pulmón, procedimientos que en gran medida fueron imprescindibles para salvarle la vida.

“Una nueva oportunidad”

“Hoy sé que Dios me ha dado una nueva oportunidad y no la voy a desaprovechar. Haré todo lo que esté a mi alcance para criar a mis hijos y conducirlos por el camino del bien”, asegura Yajhaira Méndez. Ella se encamina a darle continuidad a su carrera de enfermería, oficio que desempeña y que además de permitirle servir a sus semejantes es su soporte económico.

Yajhaira expresa que teme salir a las calles y cada vez que tiene que realizar alguna tarea que conlleve salir del hogar reacciona esquiva ante cualquier gesto de un hombre por inofensivo que sea. Entiende que cuando en las relaciones de pareja no existe una comunicación fluida es inminente darle un final para que no se pase a una página ensangrentada.

Terminar las relaciones

Yajhaira les sugiere a las mujeres que cuando tengan una relación inestable con la que no puedan lidiar la abandonen inmediatamente para que no se vean en el espejo que ella se ha visto. No habla mal de su agresor, quien después de cometer el hecho se ahorcó. Le desea “una buena estadía en la morada del Señor” y reconoce que siempre fue solidario con ella.

Atribuye su actitud a verse en la encrucijada del desempleo y sentirse abandonado a su suerte, emocionalmente hablando. La agredida asegura que mantenía una buena relación con su agresor y que el como padre desempeñaba su papel de forma satisfactoria. Dice que no está en sus planes iniciar una nueva relación por el momento.

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