Negro Veras: pasé un momento tortuoso

Santiago. El jurista se sintió satisfecho al escuchar que fueron enviados a la jurisdicción de juicio de fondo los sicarios y el autor intelectual del atentado contra su hijo.

Santiago. El jurista se sintió satisfecho al escuchar que fueron enviados a la jurisdicción de juicio de fondo los sicarios y el autor intelectual del atentado contra su hijo.Para Ramón Antonio (Negro) Veras los dos años del proceso judicial contra la persona que pagó para que mataran a Jordi Veras y sus sicarios fueron tortuosos. Expresa que “este ha sido para mí un proceso tortuoso, amargo y desesperante, al que me he dispuesto a darle seguimiento hasta el final, primero, porque soy el escudo de mis hijos, y segundo, para que nunca más un profesional del derecho sea mandado a asesinar por defender ante los tribunales el derecho, la ley y la justicia, como ocurrió con Jordi por representar con lealtad a Miguelina Llaverías”. Agregando que el proceso judicial de este caso recién comienza.

Dijo confiar en el material humano que administra la justicia penal en Santiago, y que sostendrá ese criterio porque sabe que los hombres y mujeres que simbolizan la justicia, la ley y el derecho en esta ciudad son respetados y se respetan.

Dificultades

Veras refiere que los jueces tienen en sus manos las pruebas rodeadas de legalidad contra quien pagó y cada uno de los que se asociaron para matar a su hijo Jordi. El atentado contra Jordi Veras se produjo el día 2 de junio de 2010.

“Recibimos un satisfactorio respiro cuando escuchamos que quien pagó para matar a Jordi, y los demás asesinos fueron enviados a la jurisdicción de juicio”, puntualiza. Indica que solamente aquellos que forman parte de su entorno saben lo que ha pasado como padre de familia por la acción criminal contra Jordi, razón por la que valora la solidaridad recibida.

El pasado martes la jueza Gisel Naranjo envió a juicio de fondo a los implicados en el atentado, después de catorce aplazamientos.

“Cumpliendo con mi responsabilidad de padre he estado siempre presente y a la hora indicada ante el tribunal; sufriendo intranquilidad por el retraso o por la no llegada de los acusados; soportando la demora para el inicio de las audiencias; inquietud ante la posibilidad de una nueva prórroga; escuchando diatribas e invectivas de los acusados y sus abogados, y angustiado por la postergación de 14 audiencias”, indicó.

Finalmente, refiere que el deber le imponía armarse de paciencia, y con la esperanza de que el momento llegaría, con la seguridad y el convencimiento de que la investigación judicial y policial había sido hecha dentro de los marcos legales, y con la certeza de que las pruebas se sostendrían porque están amparadas en todo el rigor procesal.

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