De acuerdo con un reportaje de NCDN, canal 37, Wesolowski habría “dormido” hasta con siete menores en su casa de descanso de Juan Dolio, San Pedro de Macorís.
La destitución, el pasado día 21, del nuncio apostólico y su virtual “desaparición” ha tomado ribetes de escándalos, luego de que surgieron denuncias de que el entonces embajador de la Santa Sede en la República Dominicana y en Puerto Rico, tenía una conducta impropia para su sacramento, las cuales van desde tomar alcohol en lugares públicos hasta encubrir actos de pederastia o pecar de ellos.
De acuerdo con el reportaje “Poder y abuso tras la sotana”, del periodista Tony Pichardo, existen pruebas documentales de las debilidades de Wesolowski por las cervezas y los tragos, así como testigos de que solía tener “encuentros” con menores en los alrededores del malecón y en Juan Dolio. El reportaje da cuenta de que entre Wesolowski y el sacerdote Alberto Gil existía una gran amistad.
Alberto Gil, al igual que Wesolowski, es nacido en Polonia, adonde huyó luego de darse a conocer la noticia de que habría abusado sexualmente de 15 menores cuando pastoreaba la Iglesia en la comunidad de Juncalito, Santiago.
El reportaje presenta el testimonio de Pedro Espinal, exsíndico de Juncalito y católico militante, quien relató que el padre Alberto Gil llevó a un grupo de monaguillos a la playa de Juan Dolio, en donde Wesolowski hizo de anfitrión en una casa de veraneo.
Según Espinal, los niños fueron “repartidos” para dormir en las habitaciones con los tres adultos: el nuncio con siete, el padre Gil con cinco y él mismo con otros cinco. No obstante, Espinal no desvela qué pasó esa noche, aunque sí asegura que el cura Alberto Gil escogió a los más jóvenes y elegantes.
El cardenal tampoco sabe
Ayer, ante las preguntas sobre Józef Wesolowski, el cardenal Nicolás de Jesús López Rodríguez se limitó a decir “no miento ante ustedes, no sé dónde está”. Valoró el paso de Wesolowski por el país, y dio aquiescencia a la versión de que su destitución estaría motivada a diferencias con el arzobispo boricua Roberto González Nieves.
