BM dice mejoría económica en RD no llega a muchos

A pesar del fuerte crecimiento económico que ha tenido República Dominicana en la última década, subsisten grandes inequidades en la sociedad, que han disminuido a un ritmo menor del esperado, según el Banco Mundial.

A pesar del fuerte crecimiento económico que ha tenido República Dominicana en la última década, subsisten grandes inequidades en la sociedad, que han disminuido a un ritmo menor del esperado, según el Banco Mundial.El organismo internacional, que cuenta con una representación a nivel local, asegura que el producto interno bruto per cápita creció en casi un 50% del 2000 al 2011, sin embargo, muchos de los 10 millones de habitantes del país no pudieron beneficiarse de ese crecimiento. En un informe titulado “Cuando la Prosperidad no es Compartida: Los vínculos débiles entre el crecimiento y la equidad en la República Dominicana, el BM, concluye en que la pobreza moderada se redujo a sólo la mitad del aumento dramático que hubo después del único proceso de retroceso del crecimiento de la década, la crisis económica del 2003-2004. “La pobreza crónica -en la que la gente sufre largos y persistentes episodios de privación- sigue siendo alta”, dice la institución. Y agrega que “aún más preocupante es el hecho que casi una tercera parte de la población es pobre a pesar de tener las habilidades y los activos para generar un ingreso mayor.

El estudio, dirigido por Javier E. Báez y Luis Felipe López-Calva, y que incluyó a Andrés Castañeda y Ali Sharman, indica que República Dominicana también tiene una baja movilidad económica, con menos del 2% de la población escalando a un grupo de mayores ingresos durante la década, comparado con un promedio del 41% en la región de América Latina y el Caribe en conjunto.

En BM en su informe abarca áreas muy puntuales, y como parte de eso plantea que a pesar de la mejora en el acceso a bienes y servicios básicos como agua y educación, la cobertura y la calidad siguen siendo desiguales, limitando así las oportunidades económicas de muchos dominicanos de bajos ingresos. Eso, según las conclusiones de la investigación, refleja en parte su incapacidad para influir positivamente el sistema, una manifestación de la débil “agencia” política de gran parte de la población.

El estudio identifica tres grandes objetivos para hacer frente a las causas subyacentes de la desigualdad económica en la República Dominicana. El primero de ellos tiene que ver con la promoción de una política fiscal equitativa, eficiente y sostenible; el segundo con la construcción de instituciones transparentes y eficientes que promuevan la inclusión económica y social a través de una mejor prestación y calidad de los bienes y servicios públicos, la ampliación de las oportunidades económicas, el incremento de la movilidad económica ascendente y la protección de los dominicanos económicamente vulnerables a los choques negativos. Como tercer objetivo sitúa el fortalecimiento del acceso de los pobres al mercado laboral e incrementar la demanda por su mano de obra, de manera que se haga un uso eficiente del capital humano y facilite que los pobres se beneficien del crecimiento económico del país.

Según el BM, a diferencia de la experiencia general en la región de América Latina y el Caribe (ALC), el fuerte crecimiento económico en la República Dominicana durante la década pasada no estuvo acompañado de una mejoría equivalente en distintas dimensiones de equidad. Estas dimensiones incluyen la eliminación de la pobreza absoluta, el logro de la igualdad en el acceso a oportunidades económicas para todos y el aumento en la capacidad de los individuos de tomar decisiones efectivas sobre su propio desarrollo y transformar esas decisiones en resultados. Esta falta de conexión entre crecimiento y prosperidad compartida en la República Dominicana señala una debilidad en los fundamentos de equidad del país. Del 2000 al 2011, el PIB per cápita en la República Dominicana creció a una tasa anual del 3.8% comparado con un promedio anual de 2.9 % en la región de ALC.

¿De dónde parte el análisis?

Siguiendo el patrón que se observa en otros países de la Región, el BM observa que la clase media en la República Dominicana tiende a optar por salirse del contrato social, demandando servicios privados y evitando contribuir con los bienes públicos. El informe utiliza una definición de “equidad” que implica que los ciudadanos deben tener igualdad de acceso a las oportunidades, ser capaces de vivir con dignidad y tener autonomía y voz para participar plenamente en sus comunidades, así como decidir sobre sus planes de vida que ellos mismos valoren.

El informe establece que la estructura actual de la política fiscal, tanto en lo que se refiere a los ingresos como a los gastos, limita la capacidad de la República Dominicana para proporcionar suficientes bienes y servicios públicos de calidad y eleva la carga fiscal a los pobres y a la población que entra en el rango de “vulnerable”.

La pobreza se hace cada vez más urbana en el país

La pobreza en la República Dominicana se ha vuelto cada vez más urbana, asegura el informe elaborado por el Banco Mundial. Si bien la pobreza aún es mayor en las áreas rurales que en las urbanas, la brecha entre las dos ha disminuido en la última década. Esto se debe principalmente, según el organismo, a un incremento neto en la pobreza urbana después de la crisis económica. Después de la crisis, la pobreza disminuyó en las áreas urbanas en 7.6 puntos porcentuales, comparado con una reducción mayor (11.5 puntos porcentuales) de la pobreza rural. Comparada con el nivel en el 2000, la incidencia de la pobreza en las zonas urbanas fue 54% más alta en 2011, mientras que la pobreza rural bajó mucho más de modo que alcanzó a retroceder a los niveles del 2000.

“Simples ejercicios analíticos confirman que esta urbanización de la pobreza no se produjo por migración masiva de pobres de zonas rurales a zonas urbanas sino más bien por la aparición de nuevos pobres en las áreas urbanas”, dice la investigación.  

Y agrega que “las rigideces presupuestarias limitan la capacidad de aumentar y reorientar recursos públicos a sectores clave de la sociedad con el fin de ofrecer más y mejores bienes y servicios públicos, incluyendo los sistemas de protección a los pobres y vulnerables de choques negativos”. Indica que el limitado espacio fiscal es restringido aún más por factores estructurales por el lado del gasto.

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