Es indudable que los reportes de llegadas de turistas extranjeros en los meses enero-julio permiten afirmar que estamos en uno de los mejores períodos de los últimos años en cuanto a los flujos turísticos hacia el país.
Se ha registrado en enero un crecimiento del 7.1%, en febrero 6.1%, en marzo 1.8%, en abril un 14.0%, en mayo un 18.4%, en junio un 12.6% y en julio un 9.3%. Excepto marzo, estamos ante incrementos notables que acumulan un aumento del 9.3% en esta parte del año. Este comportamiento ha determinado que la ocupación promedio de estos meses sea de un 79.8%, en comparación con 71.7% del mismo período del año pasado.
En todos los meses, inclusive en marzo, la ocupación reportada por Asonahores creció: en enero del 82.8% en el 2013 pasó al 87.0% este año, en febrero del 86.9% al 90.6%, del 84.1% al 87.8% en marzo, del 79.0% al 80.7% en abril, del 59.0% al 67.5% en mayo, del 64.3% al 69.6% en junio y del 72.8% al 75.4%.
Igualmente creció el gasto promedio diario que de US$122.53 en el primer trimestre del 2013 pasó a US$127.71 en el primer trimestre del 2014, y en el segundo trimestre aumentó de US$126.56 a 128.50. No se pueden considerar como aumentos ligeros, porque las variaciones porcentuales en el gasto diario promedio de los extranjeros, históricamente no son altas.
Siempre se ha considerado entre analistas del sector privado, que estos indicadores cuantitativos no son suficientes y que dada la importancia del sector para la economía, deberíamos invertir un poco más en producir información adicional para mejorar nuestra capacidad de análisis. Pero, en lo que el hacha va y viene, como se dice en mi campo, esto es lo que tenemos. Porque otros considerandos son subjetivos, como por ejemplo las expresiones de satisfacción en los intercambios privados por los resultados, de los hoteleros de Punta Cana que son los que realmente tienen la mejor parte del guiso.
A partir de estas cifras, la primera conclusión es que la primera mitad del 2014 ha sido una de las mejores en muchos años y estos registros estadísticos tienen a los responsables del Ministerio de Turismo con sonrisas de oreja a oreja, porque no es para menos.
Creo, sin embargo, que estas satisfacciones deben ser acompañadas con algunas acciones para que las expresiones de satisfacción se mantengan por mucho tiempo. Tanto hoteleros como los profesionales del Ministerio de Turismo, deberían proponerse realizar algunos detenidos y profundos análisis sobre las circunstancias que explican este éxito. Es probable que si se hiciera esta tarea y conociéramos mucho mejor por qué unos mercados si y otros no, podríamos hacer sostenibles estas cifras.
