Este es el tercer artículo sobre la Tercera Edad. Si no leyó los dos anteriores trate de conseguirlos, porque contienen informaciones que pueden interesarle para usted mismo o para alguien en su familia.
Evite subirse sobre silla, mesa o escalera para alcanzar algo que no esté al alcance de sus manos. Verifique que todas las alfombras estén fijadas al piso, de modo que no se deslicen.
Ponga lámparas e interruptores de luz cerca de la cama. Antes de levantarse de noche, encienda la luz. Nunca se incorpore de golpe cuando esté acostado o ha estado sentado por largo tiempo.
Instale barras dentro y fuera de la bañera y la ducha y cerca del inodoro. Los hombres envejecientes, por causa de trastornos urinarios propios de la edad, tienden a orinar varias veces por la noche. Es conveniente que tengan un orinal al lado de la cama para que no se expongan a una caída, algo que ocurre con relativa frecuencia en los viajes al baño, originando traumatismos que pueden ser fatales, sobre todo los de la cabeza.
Recuerden que todo órgano que no se usa se atrofia, y que un cerebro activo es un cerebro saludable, por eso insistimos en un consejo importante para las personas de la Tercera Edad: mantener la interacción social.
Evitar el aislamiento, y tratar de mantener alguna actividad intelectual, para así poder conservar lo mejor posible la memoria.
Los estudios médicos en el campo de la Neurociencia prueban que las habilidades para recordar algo dependen grandemente del contexto emocional, y que la interacción con la gente es un gatillo importante para las respuestas emocionales. Como nuestro círculo social se reduce a medida que envejecemos es muy importante buscar la oportunidad de conectarse con la gente.
