Los apodos de los candidatos dan «sabor» a la campaña de los partidos

Las elecciones congresuales y municipales del próximo año abrió la gatera para que muchos políticos y simples activistas y ciudadanos se lancen a la carrera por un puesto.

Las elecciones congresuales y municipales del próximo año abrió la gatera para que muchos políticos y simples activistas y ciudadanos se lancen a la carrera por un puesto.Y lo han hecho desde la simpleza de sus personalidades y las comunidades a las que aspiran a representar en escaños en las cámaras o como concejales de alcaldías, presentándose tal cual son conocidos por la gente de a pie y con las que comparten el día a día.

A lo largo y ancho de la geografía nacional es común ver afiches y vallas, dependiendo de los recursos, con alias como Tabaco, La Bujía, Patica, Mamá Nelsy, Neme Neme, Jhonny Pata de Cloche, La Popy, Chulo Pelota, El Humanitario, Ñiñín, Chapo, Chanita, Cara de Santo y El Mulo.

A ellos se suman Yayo, Lilo, Ñao, Macholí, La Pelúa, Cambero, Yaco, Paquito, Eddy Sport, Dío, Charo, Kiko, China, Jevo, Alegría, El Pato, Minguín, Maniquín, Chiquito, Ramito, Niufer, La Moyeta, Cuca Torres, Bubú, Salami, Picador, Alemán, Don Goyo, Leo Banca y El Buey.

En gran medida los alias o apodos pueden ser indicadores de los estratos sociales de los que provienen, y al preguntar en las calles de los pueblos y comunidades sobre quiénes son, por lo general las respuestas son positivas. Y sean adversarios o simpatizantes, las referencias sobre el compromiso de éstos con la gente no son objetos de regateos, aunque de antemano se sabe que sus posibilidades son escasas.

Porque no es que Kiko, Wero, Aquilina, Lilo, Buzo, Papi, Doña Iris, Sansón, Cleto, Muñeco, La Volanta, Pepote, Ñango, Teque Teque, Apolonio, Diosa, Yiyo, Majagüita, El Indio, Moyote y Tigueraso no sean buena gente, no. Lo que pasa es que sus buenas obras no tienen el poder de los amarres de otros que los compiten y que por lo bajo en lugares como Los Alcarrizos, San Luis, Bayona, Bejucal, Las Matas de Farfán, Consuelo, Santana, Cotuí, la capital o Higüey ya se sabe que tienen lo suyo asegurado.

Maestro no sale en anuncios de televisión, aunque sí su afiche aparece en algunas matas del camino o en el tractor lleno de lodo, igual que Bella, Culebra, Merita, Chula, Don Neno, Chivo, Camaleón, cuyos descoloridos carteles fueron hechos sin más pretensiones que decirle a sus coterráneos que aspiran a tener un poquito de poder público para representarlos más allá de los asuntos cotidianos.

Los tomen o no en cuenta, ganen o pierdan, lo cierto es que los coloridos alias o apodos de los precandidatos de partidos como el PLD, PRM, PRD, PQD, Movimiento Rebelde, Alianza País, Patria para Todos, PRSC y Frente Amplio reflejan el deseo de la gente de abajo, de las bases, de los simples activistas de los barrios y comunidades, de hacer más partícipe y representativa la democracia.

Sus afiches, vallas y otros tipos de propagandas reflejan en sí mismo lo artesanal y rudimentario, pero a la vez la inmensa riqueza de lo popular, la sinceridad de presentarse tal cual son, sin fotografías remozadas y sin frases de laboratorios publicitarios elaboradas con la intención aviesa de engañar.

“Los de abajo podemos”, sentenció a elCaribe Mono, que aspira a regidor por el PRM en una comunidad de Peravia, “no tenemos cuartos, pero la gente nos quiere”. Y, a decir verdad puede tener toda la razón del mundo. Pero a la vez reconoce que a la hora de escoger, si no hay dinero, y mucho, no pasan.

Artesanal
La forma artesanal de los afiches y vallas de los precandidatos bien pueden reflejar los pocos recursos de que disponen.

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