Hace ya cinco años que el pelotero Bartolo Colón, tras sufrir daños importantes en su hombro, ligamentos y tendones, se sometió a la terapia de células madre que le garantizó un sorprendente regreso a las Ligas Mayores, gracias a un equipo de cirujanos santiagueros, liderados por los doctores Leonel Liriano y Sergio Guzmán.Tras el éxito experimentado por el astro del béisbol, importantes atletas, políticos, artistas, funcionarios, legisladores, empresarios y otros tantos pacientes, cuyos nombres prefiere mantener bajo secreto médico, han pasado por las manos del doctor Liriano buscando recuperar la salud con el tratamiento que está revolucionando la medicina a nivel mundial.
Aunque reconoce que operar al lanzador de los Mets de Nueva York, le catapultó a la fama, recuerda que acometer aquella “aventura” , le costó el asedio de Major League Baseball (MLB), cuyos técnicos le cuestionaron y revisaron por más de 20 veces sus consultorios para comprobar que no hubiera nada irregular en la intervención quirúrgica.
“Siempre les dije la verdad, fui totalmente transparente. No estaba tratando de ocultar nada porque yo no hice nada oculto. Nada de lo que he hecho ha sido oculto desde que comencé”.
Entiende que su mayor éxito ha sido traer al país la cura a muchas enfermedades y con ello, devolverles la carrera a otros atletas aquejados con problemas osteoarticulares y alargar la calidad de vida y la salud a quienes de otra forma no podrían aliviar sus dolencias.
Durante una entrevista con elCaribe, el galeno afirma que también el Ministerio de Salud Pública, a través del Consejo Nacional de Bioética en Salud (Conabios), ha visto con cierto recelo la labor, que asegura le autorizaron cuando inició sus primeros tratamientos con células madre hace cerca de diez años.
Regulaciones, no prohibiciones
No obstante, dijo que respeta, reconoce y acata las decisiones emanadas por el órgano rector de la salud en el país, al tiempo que abogó porque se establezcan regulaciones en vez de prohibiciones en este campo de la medicina.
“Es importante llamar la atención de las autoridades de que esto no solamente debe ser regulado, eso es muy importante, sino que el Gobierno a través de Salud Pública y Conabios, no debe darle la espalda, sino todo lo contrario, deben procurar que hagamos las cosas de la mejor forma posible, vamos a regularlo bien, pero vamos a invertir dinero en el desarrollo de esto”.
Afirma que ya en los Estados Unidos, donde existen fuertes restricciones y prohibiciones para la aplicación de estas terapias, las compañías aseguradoras comenzaron a pagar los tratamientos para trastornos ortopédicos, con el uso de médulas, concentrado de médula ósea y el plasma rico en plaquetas. “Es decir, que si los seguros lo están pagando, es porque hay suficientes evidencias, muy grandes de que sí funcionan”, añade.
Considera que las limitaciones impuestas al uso de las células madre, más que por falta de evidencias científicas, se debe al lobismo de las farmacéuticas multinacionales, que solamente en la fabricación de los medicamentos para el tratamiento de la diabetes registran ventas por más de 30 mil millones anuales, al igual que en la hipertensión arterial, el fallo cardíaco y el cáncer. “Pudiéramos estar viendo cosas maravillosas, pero eso no se está dando”.
Células embrionarias sí producen tumoraciones
Ante los riesgos de desarrollar tumores con tratamientos de células madre, el galeno explica, que está demostrado que las únicas células madre que pueden producir tumoraciones, son las de origen embrionario, las cuales cree que no se usan en el país. De carácter sosegado, el también profesor universitario, explica que no todas las enfermedades pueden tratarse con terapia celular y reconoce que en el país algunos de sus colegas han creado falsas expectativas para curar varias enfermedades, incluyendo el envejecimiento. “Ahora mismo, de lo que sí se tiene evidencia real que se puede tratar son la enfermedad arterial periférica en el corazón, miocardiopatía dilatada, las lesiones post-infarto agudo al miocardio, la enfermedad isquémica coronaria crónica, que ya no se le tenga que poner necesariamente un “stent” o un “bypass”; en pacientes con trastornos del pulmón, como son hipertensión pulmonar primaria y secundaria, y las enfermedades osteoarticulares”, explica. Pese a su fama, sostiene que hace dos años dejó de tratar a pacientes de los Estados Unidos, para evitar que se especule y se diga que con su trabajo sólo busca ganar dinero.
