El béisbol dominicano se conmovió ayer con el fallecimiento de Ramón “Pintacora” de los Santos, exlanzador y reclutador que perdió la batalla tras complicaciones respiratorias producto de un accidente cerebro-vascular ocurrido el pasado siete de noviembre.
El hombre que tiene el mérito de haber firmado al profesionalismo a David Ortiz, Rafael Soriano y Dámaso Marte, entre otros, partió a los 66 años de edad, a las 10: 30 de la noche del sábado, en el Centro Policlínico Nacional (Santo Domingo Este), según informó una de sus hijas.
La Federación Nacional de Peloteros Profesional (FENAPEPRO) expresó su profundo pesar por su muerte. “Sentimos mucho el fallecimiento a destiempo de Ramón de los Santos, a los 66 años de edad, un exlanzador que se destacó en la pelota dominicana como uno de los principales relevistas en los años 70 y 80 del pasado siglo”, señaló Mario Soto, presidente del gremio, en un comunicado de prensa.
En la pelota criolla estuvo activo durante 18 temporadas con los Leones del Escogido, Estrellas Orientales y Tigres del Licey. Tuvo marca de 28 triunfos y 19 derrotas con 35 partidos salvados con efectividad de 3.34. Fue también un destacado lanzador a nivel amateur.
Habla Soriano
Fue representante (scout) de Seattle en el país, oficio que desempeñó por más de 10 años. Uno de sus pupilos firmados para Seattle fue Rafael Soriano, quien estaba bastante consternado ayer.
“Pinta, fue el padre que yo no tuve, siempre lo recordaré. Sé que de la parte mía estará contento porque siempre estuve en cada momento con él aunque por otro lado sé que se fue con el rencor de varios peloteros que no estuvieron con él”, afirmó Soriano a elCaribe al visitar la Funeraria Blandino de la Sabana Larga en la zona oriental.
De los Santos se marcha como inmortal del deporte dominicano. Su muerte deja un vacío para su viuda María Hernández y sus cuatro hijas. “Fue el mejor padre, abuelo, siempre mantuvimos una relación muy estrecha”, dijo Wendhira de los Santos, hija del fenecido.
El sepelio será hoy a las 10:00 de la mañana, en el cementerio de la avenida Máximo Gómez.
