El 2016 entró en Santo Domingo con una recarga del caos en el tránsito, no sólo en las horas pico, sino durante todo el día, las noches incluso, y hasta durante el sábado. El problema no es necesariamente producto de una desorganización del sistema de desplazamiento en la Gran Ciudad. Es que el número de vehículos ha aumentado. Más carros, yipetas, motores y chatarras en las vías.
¿Qué hacer para que el tránsito sea más llevadero? En algunas ciudades muy congestionadas, y en algún momento aquí, se intentó disminuir la congestión de vehículos intercalando las salidas, particularmente con los automóviles del “concho”. Un día los de capota color rojo y al próximo día los azules. Eso no funcionó. Los choferes buscaron procedimientos para burlar la norma. Las capotas se tornaron “convertibles”, cambiándoles cada día los tonos.
Acaba de surgir una idea simple, que tampoco es nueva, y podría resultar funcional. Ya no va a depender de la voluntad de los conductores, públicos o privados.
Tampoco de los empresarios transportistas, de los agentes de la producción, los servicios o el comercio. Puede ser decidida por el gobierno.
El Consejo de Acceso a la Información por la Transparencia (Codait) sugiere un medio sencillo para descongestionar las calles de vehículos, en las horas pico claves: Que el gobierno decrete un cambio de horario laboral. De 9:00 de la mañana a 4:00 de la tarde.
Esa medida no impacta negativamente a los empleados públicos. Quizás los favorece, aunque algunos dirán que comoquiera tendrán que salir temprano a llevar sus niños a las escuelas.
Tampoco afecta al comercio. Muchos comerciantes abren sus puertas después de las 9:00 a.m. Las empresas productivas o de servicio descubrirían que sus servidores llegarían en menos tiempo, toda vez que habría menos vehículos circulando entre 6:00 y 8:00 a.m.
El Metro de Santo Domingo también se descongestionaría.
El Ministerio de Administración Pública debe valorar esta idea del presidente de Codait, José Miguel Fernández, y si tiene mérito, presentarla al Presidente de la República.
Es una fórmula sencilla que podría atenuar el complicado tránsito de la Capital.
Es atendible.
