Un homenaje póstumo a Radhamés Aracena

Desde hace varias décadas he tenido la inquietud relativa de un homenaje póstumo pendiente, no sé si por parte del Ministerio de Cultura, por Acroarte, por los grupos de bachata o por el pueblo dominicano en general. Todos los que tuvimos…

Desde hace varias décadas he tenido la inquietud relativa de un homenaje póstumo pendiente, no sé si por parte del Ministerio de Cultura, por Acroarte, por los grupos de bachata o por el pueblo dominicano en general.

Todos los que tuvimos el privilegio de vivir durante las décadas de 1960, 1970 y 1980 en el Distrito Nacional, provincias, municipios o zonas rurales y semi-rurales del país, como el caso del suscrito, nacido y criado en la zona urbana, del municipio, ahora provincia de San José de Ocoa, que aún sin proponérselo tuvimos la oportunidad de conocer el nombre de un comunicador radial, llamado Radhamés Antonio Aracena Fermín (Radhamés Aracena), que era lo mismo que decir “Radio Guarachita”.

Ahora bien, con el surgimiento de “Radio Guarachita”, revoluciona lo que para esos años era una emisora radial tradicional, transmitiendo en amplitud modulada (AM), no solo en el dinamismo que le impregnó en la presentación de la música para el deleite de los oyentes, con el estilo y profesionalidad de los locutores que en ella se escuchaban en la conducción de los diferentes programas, que la convirtió en una emisora que a cambio de nada, introdujo en su programación los tan recordados servicios públicos que ofrecía a sus oyentes sin costo alguno, en una época que eran privilegiados los que contaban con teléfonos en sus hogares o en sus negocios.

Mediante los «servicios públicos», los interesados enviaban mensajes de urgencias a sus familiares, amigos o a terceras personas, en los que daban a conocer algunas noticias trágicas, como es el fallecimiento de una persona o haber caído en un estado de gravedad.

Eso convirtió a Radio Guarachita en un medio al servicio de la clase baja y clase media baja que vivían en las zonas rurales, los lugares más recónditos de la República y en años en que no se habla de beeper, celulares, ni las tan promocionadas redes sociales.

Pero Radio Guarachita con Radhames Aracena fue el primer radiodifusor, en disponer de un estudio de grabación para dedicarse, podríamos decir, a grabar en el género de la bachata, si es que constituye un género musical, en discos compactos de 45 revoluciones por segundo, en las voces de aquellos primeros cantantes que se dedican a interpretar canciones denominadas “bachata”.

Solo en Radhamés Aracena encontraron respaldo para lograr interpretar y grabar canciones, para darlas a conocer al público que disfrutaron y aún siguen deleitándose en estos tiempos, incluso, hasta con cierto aire internacional.

Para mí, Radhamés Aracena, y su emisora con un sonido y un estilo inigualable, fue un locutor, radiodifusor y promotor visionario, porque a pesar del rechazo que aparentemente tenía la “bachata” que en su emisora se difundía, siguió adelante sin dar un paso atrás, hasta el punto que quienes ayer la denigraban y se resistían a escuchar una “bachata”, hoy son los primeros oyentes de ese género.

Quizás muchos se lamentan de no haber sido cantantes o interpretes de bachatas para ponerse a la altura de tantos grupos musicales que han surgido a nivel nacional e internacional. El éxito es tal que cantantes cotizados de otras nacionalidades se han visto en la obligaciones de cantar bachatas para no quedarse atrás y ponerse a la altura y disposición del público, de países de América y Europa, que se han convertido en asiduos seguidores y oyentes de agrupaciones que se dedican exclusivamente a interpretar bachatas.

Por otra parte, siendo Radhamés Aracena el primer locutor y radiodifusor que revoluciona el estilo de trabajar en radio, impregnándole un estilo dinámico a los locutores, identificaciones de la emisora y hasta los temas musicales que identificaban cada programa; por darle participación a los oyentes pertenecientes a la clase más desposeída y por ser el pionero en acoger a aquellos intérpretes de “bachatas” y difundir sus grabaciones por la emisora de todos: “Radio Guarachita”, los intérprete de bachatas y diversos grupos musicales, tienen pendiente con Radhamés Aracena una deuda de gratitud, que aunque nunca se pagan, pero si podrán abonar algo de la misma, rindiéndole un homenaje póstumo que está pendiente. Creo que los buenos agradecidos lo saben o deben saberlo.

Ese homenaje póstumo que debe hacerse, aunque de manera sencilla y modesta, e incluso, podrían pedir a las autoridades edilicias del Distrito Nacional y de la provincia de Santo Domingo, con la presencia de sus familiares más cercanos que estuvieron siempre junto a él o con la participación de todo el pueblo dominicano, que recuerden el papel que jugó “Radio Guarachita” y Radhamés Aracena.

Recordamos a locutores de la primera generación de Radio Guarachita, como Freddy Ortiz y otros buenos profesionales del micrófono que no tendríamos espacio para mencionar, a los cuales les pedimos me dispensen, así como a los que han dejado éste mundo terrenal, como ocurrió con Bernardo Polanco Palau, Marcia Matos, William Tavares, Alberto Tamarez y otros, que identificaron a Radio Guarachita, voces en las cuales se escucharon frases como: “solamente el sol cubre República Dominicana que Radio Guarachita, “nuestra antena poli-direccional de 360 grados lleva hasta ustedes nuestro mensaje de amistad y les invitamos a que nos sigan escuchando en la frecuencia de 690 kilociclos, estando radiando desde Santo Domingo, cubriendo toda la República Dominicana” y lo más importante, el llamado de»atención, atención, servicio público de Radio Guarachita… los servicios públicos no tienen horas fijas para ser pasados…”,

Por todo esto, es más que suficiente para que el Ministerio de Cultura, la Asociación de Radiodifusores, Asociación de Cronistas de Arte (Acroarte), el Congreso Nacional; la Alcaldía del Distrito Nacional, los grupos bachateros y el pueblo dominicano en general, gestionen y rindan no solo un homenaje póstumo al locutor radiodifusor y visionario, señor “Radhamés Aracena”, sino, designar una calle en este Distrito Nacional, con su nombre, porque así se le puede abonar algo de gratitud de la cual es acreedor de éste pueblo dominicano.

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