Rafael Nadal mostró su condición imbatible de antaño sobre la arcilla de París y conquistó el Abierto de Francia por décima ocasión, un récord, al arrollar ayer 6-2, 6-3, 6-1 a Stan Wawrinka en la final.
Es de 10, el número de títulos. Es de 10, la calificación que ha merecido Nadal en este torneo. Ningún otro hombre o mujer ha ganado 10 cetros del mismo torneo de Grand Slam en la era abierta, que comenzó en 1968.
“Trato de jugar lo mejor posible en cada torneo, pero la sensación acá es indescriptible”, dijo Nadal. “Es imposible comparar este lugar con otro. Los nervios, la adrenalina que siento en la cancha son incomparables con otra sensación. Es el torneo más importante en mi carrera”.
El español de 31 años lució apabullante de principio a fin frente al suizo. En realidad, Nadal dominó a todos sus rivales en las últimas dos semanas para hacerse de “la décima”, como él mismo se había referido a este título, haciendo un paralelismo con “la duodécima” coronación obtenida recientemente en la Liga de Campeones por el Real Madrid, su club predilecto en el fútbol. Nadal no solo ganó todos los sets en el torneo, sino que perdió apenas 35 games en total, la segunda menor cifra por parte de cualquier tenista de un major en la era abierta con duelos a un máximo de cinco sets.
Además de mejorar a una foja de 10-0 en finales en Roland Garros, Nadal obtuvo su 15to trofeo en las grandes citas. Con ello, rebasó al estadounidense Pete Sampras y quedó solo en el segundo lugar de la tabla histórica, liderada por Roger Federer y sus 18 conquistas.
