El doctor Andrew Redford en su imprescindible libro “Asma y alergias”, resalta que las alergias a alimentos varían mucho de una persona a otra, tanto en términos de las comidas que las provocan como en el grado de severidad.
Son reacciones que desatan una amplia variedad de síntomas físicos, desde leves hasta graves. Pero como iguales síntomas pueden ser causados por virus y otras dolencias o alérgenos ambientales, hay que prestar atención tanto a éstos como también al momento en que suelen aparecer. A continuación los más típicos.
Respiratorios: Fatiga, goteo, picor o congestión nasal, bronquitis, ojos enrojecidos y llorosos, asma. Estos síntomas aparecen a la hora de consumir un alimento al que somos alérgicos.
Gastrointestinales: Colitis, retortijones, diarrea, náusea, úlcera, enuresis nocturna, cálculos biliares, vómitos, ardor de estómago e indigestión. Estos síntomas se manifestarán a la media hora o entre dos y tres días después.
Cutáneos: Eczema, erupciones y urticaria, llagas en la boca, picores, dolor. De seis a doce horas.
Músculos y articulaciones: Artritis, dolores sin causa que pueden aparecer de dos a cuatro días después.
Sistema cardiovascular: Pulso acelerado, espasmos y dolores de pecho, presión alta, acaloramiento o desmayo, migraña.
Estado mental o emocional: Depresión, ataques de pánico, manías, falta de concentración, hiperactividad.
Las alergias a alimentos pueden manifestarse como reacción fija, que es la que se produce cada vez que se ingiere un alimento específico y es el tipo más reconocible y diagnosticable.
También como reacción acumulativa, que se produce como resultado de una acumulación de alérgenos en el organismo, por comer diariamente un alimento al que somos alérgicos pero probablemente lo ignoramos.
Existe también la reacción variable, que es cuando un alimento nos hace reaccionar unas veces sí y otras no. Puede ocurrir que un alimento nos cause molestias cada vez que entramos en contacto con él y en otros casos sólo a veces.
Esta manifestación es influenciada por estrés o factores ambientales.
Las alergias alimentarias constituyen una reacción exagerada del sistema inmunológico. Cuando se ingiere el alimento que nos representa daño, el cuerpo produce anticuerpos como la IgE (Inmunoglobulina E) en cantidades nocivas.
Hay producción de histamina, hormona que provoca dilatación de los vasos sanguíneos y contracción de los músculos lisos, por lo que las zonas de la piel afectadas enrojecen, se inflaman y pican.
En próximas entregas hablaré de qué hacer para tratar alergias alimentarias y cuáles son los principales culpables de ellas.
