Salvador Santana, Roberto Canario y Héctor Solano son tres poetas de la sureña provincia de San Juan que dieron a conocer sus últimas producciones literarias en el recién celebrado Festival de las Letras Sanjuaneras, auspiciado por el ayuntamiento del municipio cabecera de esa demarcación geográfica, que conjuga la producción agrícola con la creatividad artística y folclórica.
Con el poemario El humano esplendor, Santana reitera la inventiva poética mostrada en Las trompetas del mal humor (1982) y Parrhisian (1985), como una señal de vitalidad estética para quienes pensaban que había colgado la lira. Esta vez dedica sus versos de manea póstuma a Freddy Gatón Arce, clásico de la poesía dominicana moderna que cantó al hombre del sur. La tristeza atribuida a su región el autor la extrapola en su canto a la nación entera: “Oh, mi país,/bella alcoba de un tísico”.
El poeta Canario, quien publica El tiempo del amor y el desamor, es profesional de la agronomía, lo que no es óbice para que junto a su aporte científico al “granero del sur” le cante a sus mujeres con estrofas propias de la sensibilidad bucólica: “Me beberé/lentamente/ sorbo a sorbo/ tu sonrisa/ tu fragancia/ y tus olores femeniles/ y hasta tu idioma/y después/te dejaré escapar/ de entre mis manos/ para que emprendas primorosa/ tu vuelo de pájaro/tu vuelo libre/tu blanco vuelo/descalzo/tu vuelo sencillamente/solidario”.
Solano, autor de Hebra de Oro de mi voz, comparte su oficio escritural con el magisterio y la agitación cultural. Fue incluido en la primera antología de poetas sanjuaneros publicada por los escritores José Enrique Méndez y Sobieski de León Lazala bajo el título Voces desatadas en el año 2012.
Un culto reverente a la mujer, muy especialmente a las madres, es común en los tres poetas comentados en esta entrega. Solano lo expresa con su estilo en Madre: “Me diste, madre/ El abrigo y el aliento/ y de la flor me diste, su aroma y su color…”
