Resultados dan validez a firmas encuestadoras

Al margen de las mediciones pagadas por los partidos, los resultados finales de las tres últimas elecciones presidenciales han sido vaticinados casi con exactitud por las principales firmas encuestadoras.

Al margen de las mediciones pagadas por los partidos, los resultados finales de las tres últimas elecciones presidenciales han sido vaticinados casi con exactitud por las principales firmas encuestadoras.En cada proceso electoral, los estudios realizados por firmas nacionales y de reconocimiento internacional son cuestionados o aceptados por las agrupaciones políticas según la inclinación que muestren sus resultados.

La costumbre es que los dirigentes políticos traten de desacreditar los resultados de las encuestadoras reconocidas cuando no favorecen al candidato de su partido. Sin embargo, los pronósticos de ganadores y perdedores de las elecciones presidenciales de la pasada década, otorgan la razón a los que defienden este mecanismo para medir el posicionamiento de los candidatos.

Para las elecciones del 2000, cuando Hipólito Mejía enfrentó por primera vez al oficialista Danilo Medina, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) obtuvo el 49.7% de los votos válidos emitidos, cifra que aunque no cumplía con el 50% más un voto exigido para ganar unas elecciones, le otorgó el triunfo frente a Medina, quien declinó ir a una segunda vuelta electoral y aceptó su derrota.

Nueve firmas encuestadoras habían adelantado que Mejía siempre estuvo por encima de Medina, aunque un sondeo realizado por Alfonso, Cabrera & Asociados fue el más certero de todos, porque dijo que el candidato del PRD ganaría las elecciones con el 50.5%.

En ese certamen electoral, el PLD con Danilo consiguió el 24.9% y Alfonso, Cabrera & Asociados le había otorgado un 26.1%. Al Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) esta firma le pronosticó un 21.8%, frente al 24.6% que obtuvo el fenecido líder reformista Joaquín Balaguer, que a la sazón agotaba su última participación como candidato presidencial.

Las demás firmas que hicieron estudios para medir la preferencia electoral en las elecciones del 2000 fueron Rumbo-Gallup, Pena & Shoen-El Siglo, Tesis Consultores-Última Hora, Centro Económico Cibao-La Nación, Demoscopia-Ahora, Hamilton-Hoy, Sigma Dos-Listín Diario y Sofres-Listín Diario.

Para el 2004, cuando el PLD enfrentó a Mejía y al PRD con Leonel Fernández como candidato presidencial, estas firmas se mantuvieron activas intentando predecir con certeza los resultados.

A diferencia del año 2000, Alfonso, Cabrera & Asociados lució divorciado de la realidad. La firma Ana María Acevedo y Asociados también quedó distanciada. Pero la Penn & Shoen se acercó mucho al resultado final, dándole 59% al candidato Fernández, quien ganó con 56.6%.

En el 2008, con Leonel nuevamente representando la boleta electoral, el PLD ganó las elecciones con el 53.8% de los votos. En este proceso comicial, Asisa vaticinó un triunfo apoyado en el 53.8%, siendo esta firma la más infalible entre seis que en esas elecciones realizaron estudios.

El PRD, que llevó como candidato a Miguel Vargas, terminó este certamen con el 40.5% de los sufragios. El Centro Económico del Cibao fue el que más cerca estuvo en este vaticinio, dándole a los perredeístas un 39.1%.

Una firma llamada Greenberg, luego de una medición publicada el 7 de mayo del 2008, predijo que el candidato Fernández ganaba con el 55%, seguido en cantidad de votos obtenidos por Vargas, con un 37%, como también vaticinó Gallup. Para el PRSC, que obtuvo en realidad apenas poco más de 4%, Greenberg le daba un 6%. Para el 2008, los reformistas compitieron con Amable Aristy Castro como candidato presidencial.

En cada una de las elecciones antes citadas, el denominador común de los estudios de medición electoral realizados es que las firmas de mayor prestigio proyectaron resultados con un margen de error que se mantuvo, al menos para las dos últimas elecciones, con un rango de entre 2 y 3 puntos porcentuales para el caso de los principales partidos, lo cual es técnicamente aceptable.

En su momento, estos resultados dejaron sin argumentos a los partidos que cuando no fueron favorecidos por los números difundidos arremetieron contra el prestigio de esas empresas.

Y esto quedó demostrado con la decisión de Danilo Medina de reconocer el triunfo del PRD en el 2000, a sabiendas de que aplicaba para una segunda vuelta electoral; y cuatro años más tarde, el reconocimiento de Hipólito a la victoria obtenida por Fernández, antes de que terminara el conteo oficial en la JCE.

Fenómenos

Estas mediciones reflejaron casos que fueron objeto de múltiples interpretaciones por analistas que comentaban la conducta y evolución de los actores envueltos en estos procesos electorales.

En el 2008, por ejemplo, la candidatura de Fernández, aunque creció a ritmo sostenido, las encuestas mostraron que llegó a un tope que más tarde se convirtió en el número que oficializó su triunfo. En el caso de Miguel Vargas, los estudios arrojaron que tuvo un largo estancamiento y luego una tendencia al crecimiento que lo llevó a concluir su misión de representar el PRD en esas elecciones, con un 40.5%.

Otro caso que llamó la atención en estas mediciones fue el del PRSC. Esta organización, ahora aliada al partido de gobierno, comenzó su camino hacia la consecución del poder con un 17% en la preferencia de los votantes.

En la medida que avanzaba la campaña, los rojos iniciaron una tendencia a la baja que no pudo ser detenida por los estrategas ni mucho menos por las maniobras de su candidato Aristy Castro.

Los reformistas continuaron su descenso hasta llegar a un triste 4.6% que tuvo a punto de costarle su reconocimiento ante la JCE y  que logró superar en poco más de un punto durante las elecciones congresuales y municipales de 2010 en alianza con el PLD.

Más que instrumentos de propaganda política

En general, la mayoría de las encuestas dejan ver con resultados que más que un instrumento de propaganda política, como le atribuyen sus detractores coyunturales, pueden ser un instrumento creíble para apreciar el comportamiento de los electores, sus cambios de actitudes y su vinculación con el certamen electoral de que se trate. Para el presente proceso electoral, algunas de estas firmas encuestadoras, como la Gallup, han hecho público estudios de medición.

El más reciente fue presentado por Penn & Shoen, en enero pasado dándole un 46% de preferencia al candidato Medina del PLD y un 43% a Mejía y el PRD.

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