Gobierno se prepara a negociar con FMI

El presidente Danilo Medina necesita recursos para realizar los programas que anunció cuando asumió el Gobierno hace una semana. Y las…

El presidente Danilo Medina necesita recursos para realizar los programas que anunció cuando asumió el Gobierno hace una semana. Y las vías para lograr esos recursos no son muy extensas. Las más factibles son tres.

El endeudamiento es una de esas vías, a pesar de que el programa de gobierno de Medina enfatiza en “eliminar gasto público superfluo o innecesario para mejorar la capacidad de financiar con recursos internos la mayor parte de las obras y programas del Gobierno y reducir así el nivel de la deuda”.

Pero, interpretando las alusiones del propio mandatario de que la maleta que encontró en vez de dinero lo que tenía era facturas por pagar, las medidas para aumentar las disponibilidades se centran en las tres vías tradicionales: ingresos por impuestos, por endeudamiento o donaciones. Esta última modalidad está en extinción, y los programas que aún quedan con montos significativos, como el de la Unión Europea, no dependen en monto y tiempo del país receptor, sino de programas del donante.

Complementos

Las otras dos vías, que son las esenciales porque  implican montos importantes y pueden ser resultado de medidas del Gobierno, parecen ser las alternativas.
En el caso del endeudamiento, hay un elemento necesario para optar por ese mecanismo y es el visto bueno que representa un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Por declaraciones del mandatario antes de asumir y por la confirmación de los dos funcionarios claves del gabinete económico, el gobernador del Banco Central y el ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, se da como un hecho que el Gobierno negociará un pacto con el FMI, el cual le abrirá las puertas para optar por financiamiento externo, vía incursión en el mercado de bonos o a través de contratación directa con bancos y otros organismos crediticios internacionales.

Un acuerdo con el FMI también posibilita el desembolso de préstamos aprobados y que pudieran estar contemplados en la programación presupuestaria regular.

Héctor Valdez Albizu, confirmado como gobernador del Banco Central, la posición que desempeñó durante los últimos ocho años seguidos, y Temístocles Montás, también mantenido como ministro de Economía, Planificación y Desarrollo, representan un punto de avance en una nueva ronda de negociaciones con el FMI, porque fueron partes fundamentales del equipo que negoció los dos últimos acuerdos pactados por el país, con el organismo multilateral. Esos acuerdos fueron firmados en el 2005 y en el 2009. El último concluyó en febrero del año en curso, dejando pendiente dos revisiones y US$500 millones de desembolso. Además, ambos funcionarios son parte esencial de los logros del Gobierno saliente en materia económica. El gobernador del Banco Central es tenido como el artífice de la estabilidad macroeconómica, y Montás, el negociador y promotor de la estrategia nacional de Desarrollo, el instrumento que debe ser la guía de desarrollo de los próximos 20 años y sobre la cual el presidente Medina ha basado gran parte de su programa de Gobierno.

Cuando era candidato a la Presidencia de la República, Medina habló de buscar un acuerdo precautorio con el FMI.

Se estima, sin embargo, que por la difícil situación de las finanzas públicas, que arrastran un elevado déficit, el Gobierno de Medina necesita un acuerdo más formal, que implique desembolso, aunque contenga condicionalidad.

Una posible condicionalidad sería la eliminación del déficit a cierto porcentaje del producto interno bruto (PIB), lo que daría incluso al presidente Medina un pie de amigo para aplicar su propuesta de eliminar gastos innecesarios. Implicaría, asimismo, aumentar los ingresos, que sería también un instrumento para presentar una reforma fiscal o tributaria, la cual podría ser negociada dentro del “pacto fiscal” que el Gobierno ha dicho que negociará.

El pacto con el FMI, para lo cual Valdez Albizu y Montás son clave por la experiencia acumulada que tienen, parece una iniciativa inminente y necesaria, para mantener la confianza de los agentes económicos, locales e internacionales.

Bajo la sombrilla del Fondo Monetario la economía dominicana logró, a partir del 2004, elevados niveles de crecimiento, incluyendo el histórico 10.7 por ciento en el año 2006. Un año antes había crecido en un 9.3 por ciento y en el 2007 en un 8.5 por ciento. En el segundo  de los dos últimos acuerdos, que inició en noviembre del 2009, la economía tuvo un comportamiento positivo, logrando un 7.8 por ciento en el 2010, un nivel por encima de la media regional y mundial, afectada por la crisis financiera global, iniciada en el 2007.

Los dos últimos acuerdos que el país firmó con el FMI fueron en la categoría Stand by, con la particularidad  flexible que el fondo le imprimió a sus acuerdos, como forma de contribuir a enfrentar la  realentización económica mundial. En el caso dominicano, una proporción de los recursos aportados por el organismo se utilizaron  como apoyo presupuestal, financiando gastos del Gobierno.

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