Según la Organización Mundial de la Salud, discapacidad es cualquier restricción o impedimento de la capacidad de realizar una actividad en la forma o dentro del margen que se considera normal para el ser humano.La discapacidad se caracteriza por excesos o insuficiencias en el desempeño de una actividad rutinaria normal, los cuales pueden ser temporales o permanentes, reversibles o surgir como consecuencia directa de la deficiencia o como una respuesta del propio individuo, sobre todo la psicológica, a deficiencias físicas, sensoriales o de otro tipo.
Según la psicóloga Esther Marina Báez Amparo, especializada en neuro psicología, la discapacidad es una realidad humana percibida de manera distinta en diferentes períodos históricos y civilizaciones. Ella se ha propuesto un nuevo término para referirse a las personas con discapacidad, el de mujeres y hombres con diversidad funcional, a fin de eliminar la negatividad en la definición del colectivo de personas con discapacidad y reforzar su esencia de diversidad.
En el caso específico de un niño con necesidades especiales, la vida puede presentar más retos. Puede ser más difícil hacer cosas normales, como aprender a leer o, si la persona tiene alguna discapacidad física, moverse por la escuela o por un centro comercial. La buena noticia es que sus padres, médicos, enfermeras, terapéutas, maestros… pueden ayudarles. El objetivo es ayudarles a ser tan independientes como sea posible.
Pero ¿a qué nos referimos cuando decimos “niños con necesidades especiales”? “Nos referimos a cualquier niño que pueda necesitar ayuda adicional debido a un problema médico, emocional o de aprendizaje. Estos niños tienen necesidades especiales porque pueden necesitar medicinas, terapia o ayuda adicional en el colegio, cosas que otros niños no suelen necesitar o solo necesitan de vez en cuando” explica la profesional quien dirige en La Romana el colegio Darwin Abraham, desde el cual y con un estilo educativo personalizado, abordan niños que necesitan una atención especial y realmente efectiva para ellos.
Se trata de una educación integral, donde “nos esforzamos para que nuestros niños se desarrollen en todos los ámbitos que nosotros como institución de formación les podamos proveer, entre ellos tenemos clases de música, arte, computación, pintura, inglés y lo más importante poder sembrar en ellos, el amor hacia Dios y hacia su prójimo, de esta manera estamos seguros que los valores no se sigan perdiendo, ya que nuestra sociedad está pasando por la transformación y el manejo de los anti valores”.
Apuesta a la formación de niños de una manera correcta que garantice adultos responsables, “generosos, altamente competitivos en capacidades desarrolladas. Personas que amen a su prójimo no importando su condición social, mental o física”. Para nuestros niños, continua, ninguna de esas condiciones constituye un impedimento para ellos compartir y ayudarse mutuamente.
Esther Marina para lograr su objetivo, cuenta con un equipo de profesionales capacitados que ayuda a los niños con dificultad, donde el desarrollo de sus clases se imparten con un sentido “plenamente terapéutico, por lo tanto tenemos una educación abierta y flexible”.
Explica la psicóloga que un niño que padece una enfermedad, como la epilepsia, la diabetes o la parálisis cerebral también tendría necesidades especiales.
Pueden necesitar medicinas u otro tipo de ayuda para realizar sus actividades diarias. Los niños con problemas de visión, por ejemplo, podrían necesitar libros en Braille, problemas de audición o de habla, también tendrían necesidades especiales. Es posible que un niño que tiene problemas de audición necesite audífonos para oír y logopedia, puesto que es difícil pronunciar las palabras correctamente cuando uno no puede oír las muy bien.
Problemas de aprendizaje
“Los niños con problemas de aprendizaje suelen tener necesidades especiales. Los niños con síndrome de Down pueden ir a un colegio normal y podrían incluso estar en un salón de clase regular, pero tienen necesidades especiales a la hora de aprender, por lo que un asistente podría acompañarles en clase”. Hoy día esta modalidad se le conoce también como profesor “sombra” porque asiste al niño en todo momento facilitándole su aprendizaje sin la necesidad de retrasar al resto de la clase y sin hacerlo sentir mal.
No todas las necesidades son advertidas a simple vista en los niños especiales, “un niño podría tener un problema que no resulta evidente a menos que conozcas bien a la persona. Por ejemplo, alguien podría tener problemas de ansiedad (preocupación) pero no lo sabrías a menos que el niño te lo dijera. Posiblemente, sus padres, maestros y orientadores ya trabajan con él de forma individual para ayudarle con su problema”.
¿Qué actitud tomar frente a un niño con condiciones como las citadas. Es decir cómo abordarlo en la casa y en la escuela, en su entorno social? Lo primero que tienen que hacer los padres es aceptar e internalizar dicha situación, porque es la mejor manera de buscarle ayuda, la mayoría asume una negación que es hasta cierto punto normal, en un inicio, pero algunos no lo asumen como algo que puede mejorar, trabajarse, pero nunca cambiarse. En la escuela es recomendable una atención personalizada, orientada a cubrir todas las necesidades que requiera dicho niño y algo fundamental un acompañamiento terapéutico.
A nivel de familia y amigos, todos deben estar consciente de las necesidades especiales de ese niño o niña y brindarles el amor, comprensión la aceptación que merecen.
El ambiente que hemos creado, en el colegio Darwin facilita la inter relación entre los niños que no tienen ningún tipo de dificultad y los que sí la tienen. Se tratan entre sí como si todos fueran iguales, que en esencia lo son, juegan, comparten, hacen actividades. No hacemos notar diferencias porque para nosotros todos esos niños son campeones y ganadores, le inculcamos que todos son valiosos. No existen los inteligentes y los brutos. Todos -dentro de lo que pueden hacer- son ganadores, no hay cuadros de honor… todos son cuadros de honor.
Hablando de neuropsicología
Se trata de una disciplina clínica que permite conjugar a la neurología con la psicología. Dentro de las neurociencias, la neuropsicología es la encargada de estudiar las relaciones entre el cerebro y la conducta, no solo en personas con algún tipo de disfuncionalidad neuronal sino en individuos cuyo organismo funciona normalmente. En lo que respecta a individuos con algún problema, esta rama se encarga de evaluar, brindar tratamiento y rehabilitar a dichos individuos. Entre otras, se encarga de estudiar las funciones de la corteza asociativa (funciones superiores del cerebro); estudiar las consecuencias surgidas de daños en la estructura del cerebro y que se manifiestan en la conducta. La neuropsicología tiene como objetivo de estudio a las lesiones, los daños o el funcionamiento incorrecto de las estructuras localizadas en el sistema nervioso central que llevan a experimentar dificultades en los procesos de carácter cognitivo, psicológico, emocional y en el comportamiento individual.
