Con el paso de los años las familias dominicanas se han vuelto más pequeñas. Para el 2017, el 43.5% de los hogares estaban constituidos por dos y tres miembros, según evidencia la más reciente Encuesta Nacional de Hogares (Enhogar).

El porcentaje de hogares estructurados por cuatro y cinco miembros es de 30.3 por ciento, seguido por los hogares de un miembro con un 17.2%, dejando a las familias numerosas con porcentajes mínimos.

Estos datos coinciden con el informe “Estado de la Población Mundial 2018”, presentado en octubre pasado por representantes del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA) en el país, el cual revela que la tasa de fecundidad media, ha caído a 1.8 y 2.5 nacimientos por mujer, en concordancia con una tendencia mundial, lo que según expertos nacionales contribuye con el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

Durante la presentación del estudio, el demógrafo Frank Cáceres, explicó que el descenso de la fecundidad en el país obedece a determinantes como el uso de métodos anticonceptivos, el aumento de la escolaridad en la mujer y su participación en la actividad económica.

De acuerdo con el estudio elaborado por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), un “hogar” es un grupo de personas, familiares o no, que viven bajo un mismo techo y comparten gastos de alimentación y de otros servicios.

Mujeres solas encabezan hogares

Cabe destacar que aunque los hombres dominan en la jefatura de los hogares con un 59.2%, en 40 de cada 100 hogares este rol es asumido por mujeres.

Con respecto al estado conyugal, la mayoría de los hombres jefes de hogares son unidos (47.7%) o casados (26.1%), lo que contrasta con el caso de las mujeres que han asumido la conducción del hogar, donde en el 38.6% de los casos son separadas de unión libre; un 19.7% es unida; 19.4% es viuda, 4% es divorciada; 3.2% separada de un matrimonio religioso y 4.8% soltera, lo que significa que la cifra de hogares encabezados por mujeres solas se eleva a un 50.6%.

La psicoterapeuta argentina, escritora de varios libros y estudiosa de los temas de género, Irene Meler, explicó en una entrevista concedida al periódico El Clarín, que la estructuración de las familias depende de la organización social, el modo económico de producción y la cultura dominante.

El psiquiatra dominicano José Miguel Gómez, ha advertido sobre los riesgos psicosociales que sufren los miembros de las familias desarticuladas por un divorcio.

En la posmodernidad impera el individualismo

“Se advierte un proceso muy grande de individuación, donde “lo que debe ser y lo que debe hacerse” pesa cada vez menos. El control social queda muy reducido. En la posmodernidad, la regulación social adquiere la forma de la incitación: la incitación a consumir, la incitación a gozar, ya sea sexualmente o de otro modo. Por eso, las adicciones y las compulsiones a las compras son las patologías prevalentes en la actualidad”, dijo la especialista argentina.

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