Hace cuatro años -en octubre de 2015- el Ministerio de Agricultura debió autorizar la importación de plátanos, en un intento por frenar la escalada de precio que tenía la musácea y que parecía indetenible.

El alto precio de ese tiempo (30 pesos la unidad) estuvo empujado por las mismas causas que las actuales: había una escasez del vívere, provocada a la vez por la ocurrencia de un fenómeno natural llamado sequía. Lo que ha escaseado el plátano en octubre de 2019 es la ocurrencia de una serie de tornados que vinieron a acompañar también a una intensa sequía, especialmente en el Cibao central, ya que esa zona no tiene sistema de riego por canales. Por lo menos eso ha dicho el ministro de Agricultura, Osmar Benítez.

Pero en 2015 Agricultura atribuyó parte de la carestía que afectaba al consumidor final a la “tradicional ambición del comercio de ganar más y más dinero por la venta de bienes y mercancías”.

La institución parece que aún no contempla autorizar la importación de plátano, pese a que de nuevo la unidad se vende a razón de 30 pesos. La pasada semana informó que comprará a los productores 150 mil unidades interdiario, para ser vendidas a través de un canal que en términos concretos tiene un limitado alcance: el Instituto de Estabilización de Precios (Inespre). La venta inició ayer en barrios de la capital.

Luego de las importaciones en 2015 el plátano comenzó a cotizarse entre cinco y diez pesos, según el tipo y el lugar donde se comercializaba. Entre primero de octubre y el 23 de diciembre de 2015 el Ministerio de Agricultura otorgó 53 autorizaciones para importar plátanos. Las empresas beneficiadas fueron Grupo Ramos, Bravo, Centro Cuesta, Casa Calín, Proagro, Importadora García Durán y Comercializadora Reyes del Caribe. En algunos de esos negocios el plátano se cotizaba a 17 pesos en diciembre y posterior a eso se vendía entre siete y diez pesos. Los números indican importar la musácea funcionó.

El plátano “barahonero” y el azuano se cotizaban a 10 pesos en el Mercado Nuevo de la Duarte, pero había de igual tamaño de distintas variedades a un precio menor. En varios supermercados de la capital la unidad madura se ofertaba entre 11 y trece pesos.

Normalmente, entre diciembre, enero y febrero de cada año la producción de plátano en República Dominicana entra en un proceso de declive. Eso se explica por el acercamiento de la época de frío. Y en los últimos años esa época de frío ha llegado precisamente cuando aún están los efectos de la sequía.

El cultivo del tríangulo concentrado en el Cibao

El 70% de la producción de plátano en el país se produce en terrenos secano en el denominado “triángulo del Cibao Central” (Hermanas Mirabal, Licey al Medio, Moca, La Vega). Esos son los puntos –precisamente- a los que se refiere el Ministerio de Agricultura cuando habla de la región en la que le ha faltado agua. El restante 30% de los plátanos se produce entre Barahona (desde Canoa, Jaquimeyes y Vicente Noble) y la Línea Noroeste.

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